Hola amigos/as de Comunidad Biker MTB, os habla la comunitaria Patricia Carmona y quisiera relatar mi crónica de la marcha BTT de Socovos en Albacete, realizada el día 24 de julio de 2016, en una mañana de domingo. Todo comienza con el madrugón de siempre, sobre las 5:20 de la mañana. En este caso me cuesta especialmente levantarme puesto que la noche anterior tuve una carrera de running nocturna y me acosté tarde. Pongo el pie en el suelo de la cama y ya me dolía el talón y un poco la pierna, así que desde que me levanté ya iba pensando que la mañana de MTB sería dura. Aún así, hago de tripas corazón y me dispongo a prepararme para la gran marcha que nos esperaba, que no quería perdérmela por nada del mundo.

Salgo para la sede de la Comunidad en Molina de Segura y allí, como es habitual,  me esperan los comunitarios Alonso, Paquito206, Pepe y nuestro amigo comunitario Ricardo de Los Simao. Disponemos las bicis a la furgo y salimos para Socovos. Aparcamos los coches y vamos a por los dorsales. Saludamos a nuestros amigos de Los Simao y Ciclos Conde y nos colocamos en la salida, los últimos, para echarnos unas fotos. Charlamos con un chico de Fuente Álamo, muy simpático.

Iniciamos la marcha BTT de Socovos, rodamos por asfalto, ya cuesta arriba desde el principio y enseguida empezaba lo bueno. Entramos por camino de tierra, justo al entrar algo me falla, no se el qué, la rueda delantera, las piernas, el equilibrio, no sé muy bien pero el caso es que me tuve que bajar de la bici y empujarle unos metros, cuando aún no llevábamos ni 3km, así que me digo a mí misma «Empezamos bien».

Seguimos subiendo tranquilamente, recuperando algúna posición. Una chica fotógrafa que nos iba animando me dice «Vamos chicas que estáis locas, pero locas de verdad» jajaja, me reí puesto que no me salía palabra alguna del esfuerzo que estaba haciendo. El camino empieza a empinarse cada vez más, algunas piedras sueltas… aquí empiezo a notar una sobrecarga en los muslos, un poco asustada pues si la cosa iba a más tendría que abandonar y eso nunca. Llevaba el pollo sobrevolándome y bien cerquita. Sigo subiendo y veo al comunitario Alonso por delante, así que parecía que iba a acompañarme en toda la marcha.

Entramos a unas sendas muy bonitas, el paisaje era espectacular, entre pinos. Algún pino que otro sobresalía bastante hacia la senda y casi le doy con el manillar, menos mal que los reflejos aún no me fallaban jajajaja. Subimos un cuesta bastante larga, de unos 4 kilométros, iba cansada, las piernas ni las sentía. Por esta zona  el pollo bajó y me picó bien. Eran subidas constantes y largas, no muy inclinadas pero de vez en cuando venía algún repecho duro. Me iba animando a mí misma diciéndome «Vamos Patri, vamos que tú puedes, esto no es nada». Mentalizándome de que se me haría una marcha muy dura. Saqué fuerzas y tiré para arriba, apretando los dientes y las piernas. En estos momentos la mente hace un papel muy importante, si por el cuerpo fuera habría parado.

Empieza la bajada, una bajada chulísima, con piedras enormes y escalones donde vas pegando golpetazos o como diría el comunitario Paquito206, sartenazos cada dos por tres, esto mola. En este tramo me bajé solamente una vez y porque venían detrás de mí unos chicos haciendo ruido y me desconcentraron. La verdad que la disfruté muchísimo. No iba muy rápida puesto que esta senda es desconocida para mí y técnica. Hay que llevar cuidao porque no sabemos lo que nos podemos encontrar, la seguridad ante todo. Terminamos la senda y veo que me está esperando el comunitario Alonso, siempre tan atento. Me pregunta que qué tal iba y le digo «No muy bien pero no pienso abandonar». Él se quedó ayudando a un participante a darle aire a la rueda, yo continué algo de bajada pues aún quedaba un tramo.

Me alivié un poco cuando terminó la senda de descenso, era chulísima pero muy larga e iba con el culo echado hacia atrás y los muslos engarrotados. Me dio un pequeño tirón en la pierna, pero nada grabe, sin bajarme de la bici continué pensando que ya se pasaría. Llegamos a una subida que se hizo eterna, pues no te la esperas en la parte final de la marcha, de esas que se pegan al lomo. Aún así la agradecí, parece que me dolían más las piernas al bajar que al subir. Supongo que será porque en las bajadas técnicas hay que hacerlas de pie en los pedales y eso cansa más si no estás acostumbrada.

Llegamos a un tramo con chinarro bastante largo, de esos que no me gustan nada, donde la bici va para todos los lados menos para donde quieres y, además, vas derrapando y no coges tracción. Me dije «¡buffff lo que me faltaba hoy!». Lo intenté pasar pero me tuve que bajar de la bici, me volvía a subir y a bajar y así fui pasándolo sin mayores consecuencias pero algo cabreada.

Llega una bajada inclinada con tierra muy suelta, allí había un muchacho de la organización indicándonos que tuviéramos cuidado que era peligroso. Efectivamente, vi a Alonso pasarlo sin mayores problemas y ni me lo pensé, allá que fui, justo en la mitad me di cuenta de que era muy técnico, con tierra suelta y curva, así que la bici se me fue de las manos y caigo de lado poniendo pie al suelo, levantando la pierna izquierda por encima del manillar, saltando por encima de la bici, consiguiendo no llegar a caerme jajaja. El chico allí presente se quedó alucinado y me dice «¿Te ayudo? ¿Te has hecho algo?», a lo que le respondí que no, que había caído de pie y dijo «Vaya, yo que quería ayudarte» jajaja me reí, muy gracioso el muchacho. Para la próxima bajada así me lo pienso, pues Alonso es mucho Alonso bajando y cuando lo ves bajar parece que es fácil, aquí lo comprobé, no era tan fácil.

Llegamos al último avituallamiento que agradecí muchísimo, me llenaron el bidón de agua. El señor que había por allí nos contó que uno de los participantes, en el portabidón de su bicicleta, llevaba un bote de cerveza jajaja nos reímos allí los presentes y continuamos la marcha.

A lo lejos se divisaba el pueblo de Socovos, cosa que me animaba a continuar, iba totalmente exausta, con las piernas engarrotadas y el calor empezaba a apretar bien. Por la zona quedaban unos 5km, creía que de bajada pues habíamos subido mucho durante toda la marcha, pero no, me equivoqué, llegó un camino forestal de subida que se me hizo interminable, tendría unos 2km o así pero no acababan nunca. Saqué fuerzas de donde ya no me quedaban, miraba al frente y veía a Alonso e intentaba acercarme y así coronamos por fin.

Ahora tocaba otro poco de bajada pero algo técnica al principio, por senda, así que otra vez culo atrás, parada en la bici y para abajo. Cruzamos un riachuelo seco y otra vez para arriba, aunque ahora ya se veía claramente que estábamos llegando al pueblo, lo cual me hizo sacar las últimas fuerzas para acabar la marcha y pasar la línea de meta. Casi lloro de la emoción de haber terminado pues se me hizo durísima.

La marcha BTT de Socovos fue espectacular, muy bonita, unos paisajes maravilllosos. Merece la pena tanto esfuerzo y sacrificio. Sabía de antemano y con la picadura del pollo que cuando la terminara iba a merecer la pena. Una marcha para repetir sin lugar a dudas, de unos 35 kilómetros y 1.100 metros de desnivel acumulado. Bonita a más no poder

Agradecer desde aquí a mis chicos por los ánimos que me dieron y en especial a Alonso que no me abandonó en ningún momento ¡gracias perlica mía!

De vuestra comunitaria de la sonrisa eterna Patricia Carmona.

  • Fotos de la Marcha BTT de Socovos: