Hola amigos de Comunidad Biker soy Paquito206 y aquí os voy a relatar lo acontecido el día 27 de Noviembre de 2016 en la Campibike 4.0 en el Campillo de los Jiménez en Cehegín (Murcia, España).

Pues como es normal en los días de marcha se estableció como punto de reunión y partida la sede y allí habíamos quedado sobre las 7:52 para emprender nuestro camino. Como suele ser costumbre en la Comunidad, la hora final de salida fue las 8:23. El día se presentaba «feo» por la meteorología, rondaba algo de miedo por el barro entre algunos comunitarios. De camino hacia Campillo de los Jiménez, nos pilló una fuerte lluvia, por la autovía, por lo que las sospechas de barro y agua se confirmaban. Finalmente llegamos a nuestro destino y aparcamos nuestros coches para dirigirnos raudos y veloces a por los dorsales. Nos encontramos con el resto de comunitarios que fueron directamente y con nuestros amigos de Cehegín y de otros lugares, que asistieron a este bonito evento, unas charlas, unos saludos y unas risas para comenzar la mañana, era lo que tocaba.

Tras recoger los dorsales, con el tiempo muy justo, había que volver a montar las bicis y prepararnos para la salida, además de terminar de convencer a Sandra para que nos acompañara, pues no se fiaba del barro, finalmente optó por el sí. Con las bicis listas y los comunitarios preparados nos dirigimos de nuevo hacia la zona de salida y, justo a unos 200 metros antes de llegar, se escucha el cohete que daba la salida de la prueba, ya íbamos tarde :wacko:  :wacko:  :wacko: .

Finalmente tomamos la salida los últimos, como es costumbre. Gracias a una pequeña retención en la primera bajada, justo tras la línea de inicio, donde había bastante barro y la gente no se fiaba del todo, y a pesar de llegar tarde, aún tuvimos que esperar un poco. Ahora comenzábamos con unos metros de carretera, por la que fui rodando junto con Patricia Montero, Antonio Manuel y Óscar. No tenía claro si apretar o ir acompañando a los comunitarios. Tras unos kilómetros por el pueblo y alrededores llegamos a la primera senda de subida y con barro. Los participantes la afrontaban a pie, por lo que directamente opté por bajarme de la bici y hacer lo propio. Intentar subir con tanta gente a pie me resultaría muy difícil (aunque el comunitario Alonso, el que da asquito, luego sí lo hiciese). Continuamos por el sendero y comenzamos una bajada donde se divisaba una larga cola, así que a esperar un poquito y avanzar como buenamente se podía. Una vez abajo de la senda retomo la marcha esperando a Patricia, Anto y Óscar, para ir juntos. Al poco tiempo veo que, o bien yo me había escapado, o ellos se quedaron rezagados en algún punto, fue entonces cuando salió mi gen competitivo y comencé mi andadura en solitario.

Empecé a acelerar el ritmo y a surcar charcos y barro como si no hubiera un mañana. He de adelantar que en esta ocasión no os voy a describir con mucho detalle el recorrido ni el paisaje, iba más concentrado en no resbalar, aguantar el ritmo (que con esto de llevar ahora pulsómetro me pasaba la mañana mirando las pulsaciones :yahoo:) y disfrutar del recorrido. Los detalles los resumo en que había barro, agua, árboles, piedras y demás elementos de la naturaleza.

Voy rodando por los caminos que nos prepararon nuestros amigos de la Campibike, entre subidas y bajadas, sendas  y demás, con muy buenas sensaciones encima de la bici,  charlando con compañeros, que sobre todo me decían lo del cambio de bici, que ahora iba a volar y todo eso :wacko:. Les decía que si no le das a los pedales eso no anda, aunque sí es verdad que se nota el cambio de peso de una bici a otra :yahoo:.

A unos kilómetros del avituallamiento me encuentro con los amigos de Los Simao, con los que voy charlando, sobre todo con Ricardo que está más fuerte que el vinagre. Finalmente me adelanto y llego al avituallamiento, donde me encuentro con Simba, que muy gentilmente me «invitó» a almorzar un plátano y una bebida isotónica. Charlo un rato con él y me pareció extraño encontrármelo. Efectivamente me confirmó que tiene una rodilla tocada y no podía aguantar el ritmo, por lo que decidió aflojar el pistón un poco y reagruparse con el resto de Simaos. Seguí a mi marcha y a unos pocos metros me avisan de que llevara cuidado al entrar al puente, resbalaba y ya habían caído algunos corredores, pasé suavecito para no dar ningún resbalón. No quería volver a desconchar mi bicicleta Vitoria Equinox :yes:.

Seguí rodando a buen ritmo y llegué a la bajada donde se encontraban los reporteros Antonio de Maya y Yepes. Como era un tanto inclinada a la par que resbaladiza, me limité a mandar besos a la cámara en plan postureo, mientras bajaba raudo y veloz. Ahora tocaba un poco de rambla haciendo «S» y aquí me encontré a nuestro amigo Juan Garcia Cuadrado «El Cebolla», con el que fui charlando un rato y echando unas risas como es normal. Me dijo que pasara delante, que venía una cuesta un poco empinada y, efectivamente, así era, una senda de subida un pelín estrecha y con alguna zanja en la orilla. Vi que llevaba a unos ciclistas por delante y decidí apretar un poco para pasarlos antes de la subida, si no me tocaría echar el pie a tierra en plena subida. Estaba adelantando en medio de la senda, la rueda trasera se me coló en una pequeña zanja, que pude solventar satisfactoriamente, a la vez que «El Cebolla» me gritaba desde atrás: «Aprieta ahí y tira parriba» y eso hice. Una vez pasada esta rampa llegó un poquito de camino y sendas, me llevaban a la zona que para mí fue la guinda del pastel, la rambla.

Sí amigos, imaginad una rambla en un día de lluvia, eso quiere decir barro y charcos a tutiplén. Afronté esta rambla de primeras pasando por los trazados pero al comprobar que a veces esos trazados resbalaban más de la cuenta, opté por pasar a mi manera, es decir, por en medio de todos los charcos y saltando por encima de las piedras. Noté que pasando por ahí la bici se resbala menos y no se frenaba tanto como en el barro. Hubo un momento en el que me dieron incluso ganas de parar y revolcarme en medio de un charco como si fuese un jabalí  :wacko:  :wacko:

Pasada la rambla seguíamos disfrutando del recorrido. He de decir que hacer una marcha con barro del que no se pega demasiado es un gozo. Íbamos acabando el recorrido y, aunque no os haya descrito el paisaje, me queda una imagen en la retina que no fotografié porque no llevaba el móvil encima. Justo cuando pasábamos por un huerto de frutales, donde se podía ver el esplendor del otoño en pleno apogeo, un camino lleno de árboles y montones de hojas amarillas en el suelo y también cayendo. Si a lo anterior añadimos el toque de humedad y olor a lluvia y agua del día, se convirtió en un regalo para los sentidos, algo increíble y difícil de describir.

Ya se veía el pueblo y el arco de meta desde lejos, por lo que deduje que quedaban pocos kilómetros. Seguí raudo y veloz hacia mi destino, afrontando en modo postureo la rampa de entrada a meta. Crucé el arco de meta donde una de las chicas de la organización me colocó la medalla de finisher, mientras Kronxito inmortalizaba el momento.

Finalmente realicé el recorrido en un tiempo de 2h 32´03″, acabando en una estupenda posición el 25 de la general y el 7 de mi categoría máster 30. Sinceramente fue un resultado que no esperaba y que me ha dado una buena inyección de moral (y eso que de moral voy bastante sobrado B-) ), para afrontar los próximos retos de esta temporada.

Ahora tocaba lavar la bici en el punto de lavado que habilitó la organización. En otras circustáncias no lo hubiese hecho, pero la Equinox tenía que ir a casa de Guillermo de Ciclopasión para que al día siguiente saliera hacia la fábrica a arreglar el desconchón de la pintura, por lo que no era plan de dejarla sucia. Me puse en la cola y estuve un buen rato en ella hasta que me tocó el turno de lavado. Quiero agradecer al amigo que lavó mi bici, mientras sujetaba la valla para que no se volcaran las bicis :yahoo: .

El resto de comunitarios iba llegando y fuimos  tomando algún refrigerio y haciéndonos fotos, mientras comentábamos las anécdotas del día. Finalmente decidimos ir a dejar las bicis al coche y ponernos algo de ropa seca, los cuerpos se estaban enfriando y esto no era bueno para la salud. Una vez medio limpios y secos nos dirigimos de nuevo a la carpa donde nos esperaba una estupenda paella. Kronxito nos buscó una mesa para comer y mientras tanto nuestras chicas recogían sus trofeos. También nos dieron el trofeo al club más numeroso, en cuanto escuché «Comunidad Biker» salté de la silla y salí corriendo. Aunque estaba nuestro «presi» allí, cualquier motivo vale para subirme a un pódium :whistle:.

Recogimos el jamón que en breve será donado y nos fuimos a comer tranquilamente de nuevo. Después de comer tocaba ir volviendo a casa y, tras despedirnos de los chicos de la organización y demás amigos que aun quedaban, nos fuimos a los coches donde grabamos las impresiones de la marcha y de esta manera pusimos fin a este estupendo y magnifico día rodeados de gente maravillosa.

Un saludo de vuestro amigo comunitario vicepresidente Paquito206.

  • Fotos de la marcha MTB: