Hola amig@s de Comunidad Biker MTB soy la comunitaria Patricia Carmona y os quiero relatar como fue mi primera ruta de ciclismo de investigación, tan deseada y añorada. Todo empieza hace unas semanas, cuando les comenté a los comunitarios que quería hacer una ruta de ciclismo de montaña de investigación, de las complicadas, que suelen hacer los comunitarios Paquito y Alonso. Así que por fin llegó…

Empieza el día jueves 28 de abril de 2016, una tarde un poco nublada, con mucha posibilidad de lluvia. A las 5 de la tarde salimos los comunitarios Alonso Paquito y Clemente, desde la sede hacia mi ruta de invetigación. Tanto se lo he repetido que, por fin, accedieron los chicos a hacerla una realidad.

Antes de salir, el comunitario Alonso le echó un vistazo a la ruta que íbamos a realizar, ruta que nos recomendó David Padilla. Alonso y Paquito ya me avisaron varias veces de que la ruta sería muy dura, que iba a sufrir, a pasar sed, hambre, frío, calor, bla bla bla jajaja. Ellos saben que miedo me da poco, miedo ninguno, todo lo contrario, con más ganas de afrontarla. Un reto que no había experimentado nunca y solo tenía un poco de incertidumbre por ver hasta dónde era capaz de llegar.

Nos preparamos y tiramos para los montes, entusiasmada de ver lo que me esperaba. Al principio fuimos por por carrertera y enseguida subimos unas cuestas un tanto empinadas con tierrecilla de esa suelta que tanto me gusta jajaja. Una cuesta muy inclinada y pongo pie al suelo para subir empujando la bici… pensé ¡empezamos bien! Llegamos arriba y nos sentamos en unos sillones de madera, nos fotografiamos y seguimos subiendo más cuestas arriba y abajo. Divertido porque las cuestas estaban un tanto empinadas. Vimos a un amable señor vecino de la zona con dos bonitos perros, charlamos un rato y nos fuimos.

Seguimos rodando por una senda muy estrecha y con piedras ¡otra vez tierra suelta! Me patina la rueda de atrás pero acabo manejando la máquina con gran habilidad jajaja. Los perdí de vista, seguí recto y llegué a un repecho super empinado. Empiezo a subir cuando este amable señor me dice que por ahí no era que mis compañeros se habían echado por el otro lado jajaja. Casi me pierdo nada más empezar y encima me echo por el sitio más complicao jajaja. Enseguida los vi, me estaban esperando. Continuamos la marcha cuando escucho a Paquito decir «un conejo sin orejas» jajaja. La verdad es que había muchos conejos por la zona y alguna que otra perdiz. Lo que Paquito vería sería otra clase de animal “digo yo”.

Subimos un repecho con un gran agujero en medio, ni lo intenté subir. Cogí la bici al hombro y para arriba. El que sí lo intenta es Alonso, muy valiente. Termina la subida y ya comienza lo que diría yo «lo wueno, lo wueno wueno» jajaja. Entramos a la rambla por un camino estrecho con mucha piedra suelta. Si son piedras me manejo bastante bien, saltando en la bici ¡esto sí mola! Había tramos con tierra suelta que conseguí pasar, esquivando las piedras más gordas y cuando hay muchas juntas o si son rocas pie al suelo y no me complico la vida jajaja.

Bici al hombro otra vez, lo más divertido de esta ruta de investigación, sin tener en cuenta que mi bici pesa mucho. Como les dije a los comunitarios, este día fortalecí todas las partes del cuerpo jajaja. Sobre todo los riñones pues se me pegó al lomo jajaja. Andando y tirando de la bici un gran trecho, me encuentro a estos chicos míos esperándome A Paquito no lo veía pero sí lo escuchaba, estaba sujetando la bici suya desde abajo en un escalón alto, solo se le veía la cabeza, muy estrecho, casi no cogía la bicicleta por el manillar. Clemente sufriendo porque no quería rallar su bicicleta jajaja. Ahora le toca el turno a mi bici, la cojo por la rueda de atrás mientras Clemente me ayuda con ella y Paquito abajo cogiéndola para que no diera un trastazo. Terminamos la operación y ahora toca subir por rocas y más rocas. Sube Paquito, detrás voy siguiéndole el paso, tirando de la bici para arriba, llega otro escalón, para bajar tiro la bici con cuidado de no dañarla mucho, me lo pienso un poco para ver de qué manera es mejor y lo consigo. Llega el turno de Clemente, le ayudo a bajar la bici. Siempre con miedo de que se ralle me dicRambla de los Garcíae que lleve cuidado, yo pensando «si puedo coger mi bicicleta puedo con suya que pesa menos» jajaja.

Todo el rato sufriendo por Clemente, por las zapatillas que llevaba que no son lo mejor para este tipo de rutas, porque resbalan mucho, caminar con ellas es un calvario. Mientras tanto Alonso decidió seguir por otro sitio, por debajo, que era más complicado que por arriba. Se empeñó el muchacho jajaja. Nos reímos muchísimo. En una de esas risas tuve que poner culo al suelo mientras sujetaba la bici, porque pierdo toda la fuerza, y sigo riéndome. Entre tanto van y ven unos matojos altos y unas pinchas que picaban como los demonios, todas las piernas llenas de arañazos y me picaba todo. Pero esto es lo que conlleva una ruta de investigación como Dios manda. Me faltó pasar hambre y sed, pero bueno… ¡para la próxima!

Pasamos la zona de gargantas y escalones de piedra y llegamos a una zona más transitable, un poco al menos. Las hierbas llegan a la altura de la cabeza y como no lleves la boca cerrada te las comes todas. No puedes evitar que te den en la cara y yo más me reía. El sitio es espectacular, roca a un lado y al otro. Las zapatillas llenas de tierra, tuve que parar a descalzarme y limpiarlas un poco jajaja. Por fin llegó la zona ciclable, aunque no veía ningún camino ni sendero ni nada, lo tapaba toda la maleza del lugar que era más alta que yo y dije «ahí voy y lo que Dios quiera» jajaja. Me encuetro a alonso y me dice que más adelante estaba igual y que pasara, que no me preocupara, que estaba liso y efectivamente así estaba ¡Cómo me cuidan mis zagalicos!

Y así acabé mi primera ruta de investigación, apartando con una mano las hierbas que me iba encontrando a la altura de mi cabeza. Lo que sí agradezco es que no me picaran garrapatas o algo así ufff.

Justo al salir de la última rambla, Alonso se da cuenta que su rueda delantera está sin aire y Paquito amablemente le ayuda a inflarla. Esto es lo que se llama un trabajo en equipo ¡Bravo por mis chicos! Alonso también se da cuenta que ha perdido el cuentakilómentros, como para no perderlo. Lo extraño es que no perdiéramos algo más con tanta piedra, tierra, hierbas, arbustos, gargantas, saltos y demás. Esto me recuerda a nuestro querido comunitario Juan Francisco, el hombre que lo pierde todo jajaja.

Finalizando esta gran ruta me doy cuenta de mis piernas arañadas. Me pica todo el cuerpo y tengo un moratón en la parte de atrás de la pierna, que ni sé cómo ha sucedido. Sin graves lesiones, lista y preparada estoy de nuevo para otra ruta de investigación. Gracias a mis comunitarios por hacer esto posible, algo que tenía muchas ganas de con vosotros ¡os adoro!

De vuestra comunitaria aventurera Patricia Carmona.