Hola amigos de Comunidad Biker MTB soy Paquito206 y os voy a relatar mi experiencia en la participación en la Marcha MTB VII BXM Sierra del Algarrobo Las Palas Fuente Álamo.

Día 14 de Febrero de 2016, amanece un nuevo día y con él una nueva marcha que disputar. Suena mi despertador como de costumbre a las 6:00 am y comienzo a acicalarme y vestirme con mis mejores galas de ciclista jejeje. Sobre las 7:00 am me dirijo a la panadería para comprar el desayuno y reunirme con Clemente, para posteriormente dirigirnos a la sede de Comunidad Biker MTB, donde habíamos quedado con Alonso y Juan Francisco.

Una vez en la sede tomamos nuestros desayunos correspondientes, el mío consistente en napolitana de chocolate y bio frutas tropical. Una vez terminado el desayuno procedemos a cargar las bicis, esta vez en la furgoneta de Clemente, que muy amablemente se ofreció a aportar en este día. Salimos de la sede sobre las 8:00 am y nos dirigimos a casa de Kronxito, que nos esperaba para venir con nosotros a Fuente Álamo. Juan Francisco y yo vamos charlando por el camino y supongo que Alonso Clemente y Kronxito harían lo mismo en el otro coche.

Llegamos a Fuente Álamo sobre las 9:00 am y aparcamos nuestros vehículos para dirigirnos a recoger nuestros dorsales. Nos encontramos en el trayecto con varios amigos que iban a participar también en este evento. Tras los saludos pertinentes vamos a por nuestros dorsales. En ese momento aparecen nuestras comunitarias Laura y Patricia, acompañadas de nuestro comunitario en recuperación Jose Fernando. Con los dorsales en nuestro poder volvemos a los coches a preparar las máquinas y ya con con las bicicletas montadas y los dorsales coloSierra del Algarrobocados, a dar una vuelta para calentar, donde charlamos con más amigos y entre ellos los hermanos Terres.

Después de la vuelta de calentamiento nos dirigimos a la zona de la salida, en donde uno de los jueces que había revisando las bicis, tras ver mi Megamo Natural, quiso apartarme con los «pros» ( creía que no llevaba pedales automáticos y me querían discriminar jajaja). Nos colocamos, como es normal en nosotros, en las últimas posiciones y nos hicimos algunas fotos mientras esperábamos la salida, y ahora empieza lo bueno.

Comienza la marcha MTB y ya se van levantando las primeras «porsagueras» (polvaredas). Entre que era en una rambla y que hacía un viento de mil demonios, aquello daba miedo, pero bueno, salimos los 6 comunitarios Alonso, Juan Francisco, Clemente, Patricia Montero (en adelante Monty), Lauri y un servidor, por aquella bonita rambla, aclamados por la multitud que gritaba con fervor animándonos al unísono, como si de una orquesta se tratara. Los reporteros sacaban instantáneas y vídeos de tan maravillosa estampa, incluso me pareció ver un dron grabándonos justo en la salida de la rambla, aunque iba más pendiente de las chicas que gritaban mi nombre y lanzaban prendas de ropa interior a mi paso, algo normal pues era San Valentín y yo soy un tío de capricho jajaja.

Continuamos por unos caminos y comienzo mi particular escalada de posiciones, zigzagueando entre los participantes, seguido de Alonso. Juan Francisco, Clemente, Monty y Lauri quedaron algo más rezagados pero iban haciendo lo mismo, así que con Alonso pegado a mi rueda, cosa que me preocupó un poco, pues no estoy acostumbrado a llevarlo a esa distancia en las marchas, íbamos charlando entre  nosotros y con más participantes que nos iban reconociendo por el camino. Hasta que gracias a una grácil maniobra adelanté alguna posición, dejando a Alonso estancado detrás de un grupo, lo que me hizo seguir mi andadura en solitario, triste y desvalido, pues es verdad que con Alonso apretando uno se motiva más jeje.

Sigo mi andadura por alguna senda y camino hasta que en el horizonte veo una serpiente multicolor que avanzaba por la primera rampa dura, la cual afronté como pude, animándome a mi mismo al grito de «vamos Paco, sube ostias» a lo que una de las personas que subía detrás de mi respondió «Si, tu échale la culpa al de delante», pues puse el pie a tierra como casi todos los que habíamos por allí, y entonces tuve que contestarle a esa persona «no, si Paco soy yo jajaja» (risa entre jadeos y sollozos, que la cuesta estaba empinada de narices). Superada la cuesta tomamos más sendas y caminos.

Allá por el km 10 aproximadamente comenzaba una subida larga donde, haciendo uso de mi excepcional condición física, continué con mi escalada de posiciones, la cual venía haciendo ya desde atrás, charlando con más compañeros e informándome de alguna característica de la marcha, como los puntos kilométricos donde estaban las cuestas (km 10, 20 y 30 aproximadamente). Sufriendo pues el viento no nos daba tregua y esto dificultaba más el ascenso.

Superada la primera cuesta entramos a una nueva zona de sendas de las que me gustan a mí, de las estrechas, donde te rozas con las hierbas y matorrales y tienes el hueco justo para que pase la rueda. Gracias a mi pericia y gracilidad en el descenso MTB resolví estos obstáculos satisfactoriamente. Encontrándonos, también sea dicho, con alguna rampa de subida sorpresa, más o menos dura. Desembocando en una senda de rambla que terminaba en una carretera, donde estaba el primer avituallamiento y unas simpáticas y guapas chicas me ofrecían algún vívere, mientras yo le preguntaba «Guapa ¿a qué me vas a invitar?». Así que tomé una barrita y una sonrisa que me ofrecía la chica. He de decir que por no parar ¡quién sabe si no perdí a la mujer de mi vida! pues era San Valentín, el día propicio para las parejas jejeje

Continué mi camino, como siempre escalando posiciones, mordiendo aquella deliciosa barrita, que me sabía a gloria, no por el sabor si no por la sonrisa de la chica. Y así, disfrutando, me dirigía hacia el km 20, donde me esperaba otra bonita cuesta arriba, que afrontaría con soltura, animado por los miembros de la organización que, además de señalizar, también animaban a los participantes, cosa que siempre es de agradecer. Con la segunda cuesta ya a mis espaldas volvemos a bajar por más senderos divertidos, caminos, alguna que otra rampita etc. etc.. Todo esto propio de un recorrido precioso en donde también pude contemplar el mar Mediterráneo, que se veía al fondo y desde lo alto, a la altura de Mazarrón.

Llegamos a una zona donde era obligatorio pasarla a pie, una bajada muy empinada y suelta, en la que me podría haber probado, pero me hubieran descalificado. Así que, terminado este tramo, continúo montado hasta el final de la senda, donde había un escalón importante el cual opté por bajar a pie. Tomé el camino de bajada raudo y veloz, disfrutando de la bajada y de los paisajes. Allí, en el km 30, me encontré con la siguiente cuesta, la cual volví a afrontar con la fuerza e ilusión que me caracteriza, pues era la última.

En la lejanía del ascenso MTB vi un avituallamiento, cosa que me resultó, de primeras, extraño ya que estaba en la parte alta de la montaña. Cuando llegué opté por hacer una parada técnica para reponer líquidos. En mi botella ya quedaba poca agua, dado que ahora voy como los «pros», sin mi querida mochila. En este punto, otra chica de bonito rostro y sonrisa embaucadora, me ofreció bebida, a lo que le pregunté que qué era, y tomé ese vaso de Aquarius que sujetaba en su mano. Dándole las gracias y devolviéndole una sonrisa lo bebí rápidamente, mientras otro chico del avituallamiento me ofrecía alimento sólido, que rechacé con mucha educación, pues el cuerpo solo me pedía agua. Deposité el vaso en el contenedor que había para tal efecto y proseguí con mi marcha.

Al continuar por la pista de la sierra del Algarrobo, justo en ese momento, entendí lo del avituallamiento en ese punto. Solo era un pequeño descanso en una parte llana de la pista, ya que la cuesta seguía más y más jejeje.  Así que seguí escalando posiciones, subí hasta arriba y otra vez para abajo que es lo que mola jejeje, pasando por sendas que se dirigían hacia el final del recorrido. Puse el pie en una pequeña curva que había en la bajada de la senda y salí raudo y veloz por el sendero hacia abajo, gritando como un loco, dándome ánimos, el final estaba cerca

Seguí por el camino hacia el final, donde más gente me animaba. Fue entonces cuando me dijeron que solo faltaban 5 km. Un poco más adelante vi el cartel que me lo indicaba, así que como un rayo metí todo el hierro en la Megamo y empece a coger velocidades de vértigo a través de aquellos caminos. Así llegué a la meta, en donde el público enfervorecido aclamaba mi llegada y tomaban instantáneas de aquel maravilloso momento, en el que cruzaba la línea de meta. Por allí me esperaban Jose Fernando y Kronxito, cámara en mano.

Realizando un tiempo bueno, pero siempre mejorable, terminé mi andadura por la sierra del Algarrobo:

Clasificación Posición Pos. real
General 94 94
Masculino 94 94
SENIOR B MASC 48 48
Splits Posición T. oficial T. real T. split Media real
Meta 94 02:29:28 02:28:36 02:29:28 16.15 km/h

Esperamos a los demás comunitarios y charlabamos con la gente compartiendo impresiones de la marcha. Llegó Alonso unos 10 minutos después que yo y fuimos a dejar las bicis en el coche y ponernos algo más de ropa, pues ya estaba haciendo fresco. Entonces llegó a los coches Juan Francisco, que también se puso más ropa. Desde allí fuimos de nuevo a la meta a esperar a los demás.

Por allí había llegado ya nuestra comunitaria Monty y, tras saludarla de nuevo, Juan Francisco y yo fuimos a por unas bebidas y ver un poco la exhibición de trial que había en el colegio. Volvimos a la meta a por nuestros comunitarios, donde acababa de llegar Lauri,  a la cual saludamos también. Aprovechamos para hacernos unas fotos con los hermanos Terres, mientras esperabamos a nuestro comunitario Clemente, que se estrenaba en el maravilloso mundo de las marchas MTB.

Y allí, a lo lejos, en el horizonte, vimos aparecer a Clemente, rambla abajo, comenzamos a animarlo, a lo que él, en un gesto de emoción, quiso hacer una entrada triunfal a lo Contador. Pero se convirtió en triunfal por otros motivos, ya que tuvo la mala suerte de caerse justo en la línea de meta, sacándonos unas pequeñas carcajadas a los presentes y algo de preocupación por su estado  físico. Pero comprobado que estaba bien se levantó del suelo, cruzó del todo la meta.

Nos fuimos al coche a dejar las bicis y ver qué íbamos a hacer, si quedarnos a la paella o ir a comer a un bar. Optamos por la segunda opción y pusimos fin a nuestra estancia en Las Palas (Fuente Álamo de Murcia).

Por el camino hacia el restaurante Monty me llamó para preguntarme dónde íbamos a comer. Tras indicarle el lugar llegamos todos a la venta Garcerán, tomamos una comida llena de alegría y felicidad, de risas y anécdotas y demás cosas que se hacen durante las comidas.

Así que volvimos a Molina de Segura y terminamos este bonito día.