Hola comunitarios, mañana del domingo día 6 de agosto de 2017, tras llegar a Donostia San Sebastián en la noche anterior y tras hacer una ruta de senderismo turístico por la zona, decidimos salir en bici para recorrer parte de la ciudad, una de las ventajas de llevar las bicis en el viaje. No disponíamos de mucho tiempo dado que teníamos que abandonar el hostal a las 12 de la mañana y había que ducharse tras la ruta. Por lo tanto salimos temprano en dirección la Playa de la Concha.

La mañana era excelente, temperatura perfecta, fresco pero no frío, soleada e iluminada. Salimos a eso de las 08:11 y nos encontramos la ciudad vacía de gente, algo excelente para poder rodar con tranquilidad y sin molestar incluso por alguna acera.

Salimos sin rumbo, solo con la idea de subir al monte Urgull que inspeccionamos la tarde anterior en la ruta de senderismo. Y también con la idea de subir lo que pudiéramos al monte Igueldo. Nos perdimos un poco al principio, nos fuimos siguiendo un carril bici demasiado a la izquierda y dimos con una urbanización que no tenía salida.

Dimos la vuelta, volvimos al lugar de inicio, junto al estadio de fútbol Anoeta y tomamos la Avenida de Madrid. Llegamos a la Playa de la Concha y emprendimos el ascenso al monte Urgull, antigua fortaleza amurallada defensiva de la ciudad.

Las primeras rampas, por carretera, eran algo duras, con pendientes de más del 15%, en algunos tramos superando el 20%. La subida es corta, de un kilómetro aproximadamente. A los lados salen algunos senderos hacia antiguas baterías defensivas, pero no había tiempo para explorar.

La carretera seguía ahora bajando y salía una senda empedrada hacia la izquierda que subía. Dudamos un poco pero finalmente cogimos la senda. Entre un frondoso y sombrío bosque fuimos subiendo, la senda tiene inclinación y está empedrada, por lo que cuesta subirla un poco.

Llegamos a una puerta de piedra, nos asomamos y daba al Castillo de la Mota. Dejamos las bicis aparcadas para subir las escaleras hacia el Castillo de la Mota y el Cristo de la Mota o Sagrado Corazón, escultura del artista Federico Coullaut. Dimos una vuelta al castillo que tenía muchas baterías defensivas de distintos tamaños, para defensa de las murallas y de los barcos que llegaran por el mar.

Admiramos las bonitas vistas de San Sebastián y la bahía de la Concha desde este lugar privilegiado, que no tiene más de 100 metros de altitud, pero suficientes para ver toda la ciudad. Nos echamos unas fotos y grabamos algún vídeo para el recuerdo.

Descendimos el monte Urgull por la carretera que da la vuelta y volvimos a San Sebastián, a la Playa de la Mota, que fuimos recorriendo hasta llegar al final, donde está la escultura de Fernando Chillida, llamada Peine del Viento. Paramos a echarnos unas fotos y continuamos con la ruta sin demorarnos demasiado.

Buscamos una carretera de subida al monte Igueldo cercana a la playa, la encontramos pronto y la tomamos, indicaba 2 km de subida pero vimos un cartel sospechoso «Peaje». Subimos por rampas del 12% casi constantes durante 2 km. Las vistas de la bahía de la Concha eran espectaculares, pero sólo se podían disfrutar entre casa y casa, dado que íbamos por una urbanización.

Y llegamos al final, efectivamente nos encontramos con una barrera y no tardó mucho en salir una mujer un tanto antipática para decirnos que cruzar la barrera costaba 2,20 euros. Soy amante de las cosas libres y pagar por circular por el monte es algo que no iba a hacer (y no es por el dinero). Así que tomamos el descenso por el mismo sitio que subimos y volvimos a la Playa de la Concha.

El monte Igueldo es muy grande y seguro que tiene subidas «gratuitas» por otros muchos sitios, pero el tiempo apremiaba. Paramos a desayunar un poco pues estábamos en ayunas, junto a la playa. Nos comimos unos bocadillos y unos zumos.

Tomamos el camino de regreso al hotel para cargar las bicicletas en el portabicicletas y ducharnos antes de las 12. Despedimos esta ruta rápida y divertida, usando el mejor de los transportes, el que no contamina ni de malos humos ni de ruidos la ciudad. Gracias a la velocidad de la bici pudimos hacer 23 km conociendo San Sebastián un poco mejor y disfrutando de lugares que sin bici no habríamos podido visitar. De haber tenido más tiempo hubiéramos recorrido todas las sendas de las baterías del monte Urgull y hubiéramos subido al monte Igueldo por zonas «gratuitas».

Disfrutamos mucho de este tipo de «turismo» en bicicleta, sin duda lo volveremos a hacer en próximas ocasiones y en otros bonitos lugares de este planeta que habitamos.

Por supuesto la noche anterior hicimos turismo andando, recorriendo la parte vieja y tomando unos pinchos en varios bares de este tipo. Por cierto, pinchos muy ricos y variopintos, las barras de los barres llenas de platos de pinchos de todos los tipos imaginables.

De vuestro comunitario presidente Alonso.

  • Fotos de la ruta MTB por San Sebastián: