Hola estimados comunitarios, lectores habituales y esporádicos, amantes del deporte, la naturaleza y la vida en general. Ilusionados y apasionados por cualquier cosa que hagáis. Os habla el comunitario presidente Alonso que, por una vez, escribe la crónica con mucho pesar. En la tarde del lunes 14 de agosto de 2017, nuestro querido comunitario @Kronxito propone realizar una ruta por el Parque Regional de El Valle y Carrascoy, para buscar la Senda del Vagón, que ninguno de los dos conocíamos. Como siempre o casi siempre la publicamos en el foro de la web comunitaria, nos preparamos para la salida y ¡A rodar! Iríamos siguiendo unas indicaciones que hace unos meses nos dio el comunitario @Clemente.

El comunitario Antonio nos comentó por el foro que nos acompañaba, así que partimos hacia la Vía Verde a su encuentro. Rodamos los tres con nuestras bicicletas de montaña por la Vía Verde, hacia el Campus de Espinardo. Pasamos hacia el paseo del Malecón en Murcia, callejeando y buscando la ruta más corta, dado que no sabíamos lo que nos esperaba en la zona de la Senda del Vagón.

Decidimos ir por la orilla del río Segura para cruzar Murcia más cómodamente y luego salir hacia la derecha en uno de los puentes. Acabamos en la carretera de Puente Tocinos y luego giramos nuevamente a la derecha dirección Beniaján. Fuimos circulando entre calles, sin saber exactamente por dónde íbamos pero orientándonos mirando la montaña y buscando el inicio del Puerto del Garruchal.

Acabamos pasando por alguna senda y camino en lo que parecía un atajo y así fue finalmente. El comunitario @Kronxito marcaba el ritmo y hacía de guía, improvisando, animado por buscar hoy, por fin, el famoso vagón.

Llegamos al inicio del Puerto del Garruchal, nos cargamos de voluntad y emprendimos el ascenso por esta carretera. Es una subida no muy exigente de unos 8 km, donde lo peor son los coches dado que no tiene arcén. Tranquilamente y a ritmo constante fuimos ascendiendo, dejando atrás las bajadas de Los Serranos, Los Puros y Senda Bonita, que nos quedan en la parte derecha. Y dejando atrás también los miravetes que nos quedan en la parte izquierda.

Llegamos a lo más alto del Puerto del Garruchal, a Casas del Collado. Recordando las explicaciones que en su día nos diera el comunitario @Clemente, giramos a la derecha justo antes del restaurante, para buscar el camino que nos llevaría a la Senda del Vagón. Pasamos de carretera a camino y tenía buena pinta. Creo recordar que me dijo que era todo recto una vez en el camino, así que fuimos rodando y rondando pero la senda no aparecía, era todo camino y, además, nos metimos por una zona con cartel de privada, lo cual no nos agrada.

Al hacer algún kilómetro más con cierto miedo por si nos llamaban la atención vino un coche de frente, paró y nos dijo que hacia dónde íbamos, que eso era zona privada. Le dijimos que buscábamos la Senda del Vagón y el señor nos dio amablemente las indicaciones oportunas para encontrarla.

Tuvimos que retroceder sobre nuestros pasos unos kilómetros, hasta buscar una casa vieja abandonada y justo antes estaba la entrada a la Senda del Vagón. Trataré de explicarlo bien si vamos en el sentido correcto. Circulando desde el restaurante de lo más alto del Puerto del Garruchal, tomando la carretera-camino a la derecha justo antes de pasar el restaurante, a los pocos kilómetros veremos una casa vieja abandonada a la derecha. Tras la casa hay una senda a la izquierda, esta no es, es justo la siguiente que se ve desde allí,  a la izquierda también. Así evitamos tener que pasar por la zona privada.

Nos adentramos en la senda, tenía una pequeña subida inicial y luego algo de llaneo y a los pocos metros nos encontramos con el famoso vagón que da su nombre al sendero. Es algo peculiar dado que se trata de un vagón de tren bastante grande, según indica en la tara pesa más de 12 toneladas. Allí estaba en medio del monte, sin saber el motivo ni cómo lo depositaron allí.

Nos paramos a echarnos unas fotos, grabar unos vídeos y merendar, viendo cómo la tarde caía y el sol se iba poniendo. Esperábamos que después del vagón hubiera poca distancia hasta el Puerto de la Cadena, pues se estaba haciendo tarde. Hicimos algunas pasadas con la bicicleta a través de las puertas abiertas del vagón y continuamos la ruta.

El sendero del vagón continúa unos kilómetros más, incluso nos encontramos con una subida de pendiente bastante inclinada, de más del 15%, que el comunitario @Kronxito afrontó con sufrimiento pero con éxito. Y rodamos por una senda que se hacía cada vez más estrecha, más bonita pero más peligrosa. Entre árboles, viendo que era más larga de lo esperado, y la noche se nos iba echando encima.

Llegamos a un cruce de sendas y optamos por girar a la derecha, dado que la de la izquierda se empinaba de lo lindo. Y nos encontramos con un barranco al otro lado. Empezamos a preocuparnos pues no se le veía fin a la senda, pero seguimos rodando, no nos quedaba otra opción, incluso encendiendo las luces para ver mejor.

Llegamos a un camino y continuamos a ciegas, sin saber por dónde íbamos, tomando como única guía la orientación hacia el Puerto de la Cadena. El camino desembocó en una casa vieja y parece que acababa allí. Volvimos a preocuparnos, ya quedaba poca luz natural y estábamos a más de 40 km de la casa. Entonces se rompió un radio de la rueda trasera de mi bicicleta, como no podía ser de otra forma, hacía tiempo que no me pasaba y vino a pasar en el peor momento.

Paramos a liar el radio en otro radio pues estaba dando golpetazos por la rueda y era peligroso. Aprovechamos la parada para llamar a nuestros familiares y decirles que llegaríamos tarde, pasadas las 11 de la noche. Nos asomamos detrás de la casa y vimos un sendero que daba a otro camino más transitado.

Continuamos por este camino, que desembocaba en otro camino que se apreciaba más ancho y muy usado, esto siempre es bueno. Había un cruce a derecha y a izquierda, optamos por ir a la izquierda. El camino tenía buena pinta y parecía que íbamos en la dirección correcta.

Cogimos velocidad en una bajada de este camino, yo iba delante, @Kronxito detrás y @Antasis cerrando el pelotón. Noté que la tierra al final de la bajada estaba muy suelta, así que apreté las manos y chillé un ¡Cuidado! para adevertir al resto de comunitarios. Casi me caigo, la rueda delantera penetró en la tierra suelta y casi salto por encima de la bici, en el último momento pude salvar la situación y mantener el equilibro. Creo recordar que volví a decir «Cuidado».

Pasado el peligro miré hacia atrás para verificar que los demás comunitarios me seguían, pero no era así. Vi al comunitario @Kronxito en el suelo entre una nube de polvo. En un principio no me asusté pues era tierra suelta y aunque íbamos algo rápidos la caída debía ser amortiguada. Volví para ver cómo estaba y también Antonio. Pero Kronxito se quejaba de dolor en el muslo. Intentó levantarse y el dolor se agudizó y nos dijo que no podía continuar.

Empezamos a preocuparnos, suponiendo siempre que sería una contusión en el músculo del muslo por la caída. Miramos la tierra y vimos una piedra que sobresalía en ella. Supusimos que el golpe había sido en esa piedra, siempre con la esperanza de que sólo fuera muscular. Nos tranquilizamos un poco y volvimos ayudar a Kronxito para que se pusiera en pie, pero cada vez que se movía se agudizaba el dolor. Así que optamos por llamar a los comunitarios Paquito206 y Henfri para que vinieran a recogernos.

Subimos al comunitario Kronxito entre Antonio y yo a lo alto del camino, abajo había mucha tierra y muy poca luz, y arriba había cobertura de móvil. Pero subiéndolo entre los dos lo oíamos quejarse y Kronxito no suele quejarse por el dolor salvo que sea extremo. Algo no pintaba bien, pero siempre con la esperanza de que fuera muscular.

Por fin llegaron Henfri y Paquito206, desarmamos las bicis y nos metimos todos en el coche. Decidimos ir hacia urgencias directamente para que le hicieran radiografía y saliéramos de dudas.

Llegamos al hospital, el comunitario Kronxito iba como una croqueta, rebozado en la tierra que se le había pegado al sudor. Allí el celador, Jaime, nos conoció y nos dijo «Prefiero veros en los vídeos por la montaña que aquí». A partir de este momento él se encargó de que nos atendieran lo más rápido posible y desde aquí le doy las gracias, se las di en su momento, pero le estaremos eternamente agradecidos por su gesto.

Tras la espera propia de urgencias, estaba todo completo, incluso la sala de espera, no había sitio ni para los pacientes, bajó la traumatóloga. En la cara le noté que algo no iba bien. Tras mirar un poco la pierna de Kronxito, miró el PC, volvió y le dio la noticia «Fractura de la cabeza del fémur que requiere de cirugía». Bufff, se nos vino el mundo encima, otra operación más…

En fin, lo que sucediera después quedará para la intimidad, la cuestión es que el comunitario Kronxito estará apartado de toda actividad deportiva varios meses nuevamente. Además, para colmo, fue en la pierna operada. Pero la vida sigue y él tiene que seguir adelante. Todos estamos expuestos a las caídas y accidentes, el que vive cae, lo importante es volver a levantarse.

Esperemos que se recupere bien y que pueda hacer su vida normal, independientemente de si decide regresar al ciclismo.

Y volver a agradecer a Jaime por agilizarnos la espera en urgencias y a los comunitarios Paquito y Henfri por recogernos en medio del monte. Y con la esperanza de que Kronxito vuelva al ciclismo, aunque sea el de carretera.

Tal y como empecé la crónica la acabo, con pesar, otra operación más a la espalda de Kronxito, otra caída fuerte más. Incluso no iba a escribir la crónica ni publicar las fotos ni los vídeos. Aunque las caídas no dejan de ser una cruda realidad del ciclista de montaña, la peor de las realidades, pero están ahí y hemos de ser precavidos. Así que espero que esta crónica sirva, al menos, para que tengamos cuidado.

De vuestro comunitario presidente Alonso.

  • Fotos de la ruta MTB: