Hola amigos de Comunidad Biker y por lo tanto amigos del ciclismo, del deporte, de la naturaleza, de los animales y amantes de la vida. También para los locos aventureros que se marcan retos y van luchando hasta conseguirlos y para los que nos leen y no pueden hacer ciclismo o deporte por el motivo que sea. A todos os dedico esta ruta y esta crónica. En especial a nuestro querido comunitario Alino, quien fue el primero en hablar de una mortal inicial que nos ha llevado hasta hoy. Él hablaba de coronar La Pila, Ricote, Sierra Espuña, Carrascoy, Relojero y Antenas del Embalse de Santomera, seis picos. Pero en un día es totalmente imposible. Fuimos buscando una mortal que pudiera hacerse en un día y nació la Mortal 1.0, que no pudimos terminar por los motivos que indicamos en su correspondiente crónica. Hoy tocaba el segundo intento y os relataré lo acontecido en estas 15 horas de ruta.

Nos preparamos unas semanas antes, haciendo algún que otro entrenamiento, subiendo a Los Almeces de Ricote, otro día subiendo a la Bola de la Pila, otro a Caprés, al Relojero, etc.. Entrenamientos para habituar nuestros cuerpos a una ruta durísima, la más dura realizada por la Comunidad en sus 15 años de existencia. Dura por los 200 kilómetros que preveeíamos, dura por el desnivel acumulado (calculamos unos 5.000 metros) y dura por las horas montados en la bici (más de 12).

Durante la semana de antes de la Mortal 2.0 de Comunidad Biker también hicimos nuestros preparativos, cada comunitario a su manera. Unos descansamos y solo hicimos una ruta días antes, otros hicieron rutas rodadoras por llano, sesión de fisio, estiramientos previos, buena alimentación, etc.. Y llegó la noche pre-mortal, donde nos dimos un homenaje a base de pizzas para cargar las energías en forma de hidratos de carbono.

Domingo 9 de octubre de 2016, madrugón, a las 6 de la mañana en pie para preparar todo y desayunar bien, aunque sin ganas: bocadillo de jamón cocido con tomate, bebida de arroz, bebida de avena, yogur y manzana. A las 7 de la mañana ya estábamos en la puerta preparados para emprender esta ruta épica los comunitarios: Alonsojpd, Paquito206, Luis, Antonio Manuel, Juan Caride, Óscar, Guillermo, Emilio y Quique. Todos con un poco nervios y miedo o respeto, cargados de alimentos: plátanos, barritas, geles, agua, sales, etc..

Emprendimos la Mortal saliendo desde la sede de la Comunidad en Molina de Segura a eso de las 07:28, de noche, así que salimos con las luces encendidas. Rodamos tranquilamente pero sin pausa, recorriendo Los Conejos, La Quinta, La Alcayna, El Romeral, Rambla Salada y llegando a Fortuna. Allí teníamos la esperanza de ver al comunitario Félix que dijo que tal vez nos acompañaba hasta la bola de la Pila, pero no estaba así que continuamos nuestra Mortal.

Algunos comunitarios como Óscar iban preocupados, sobre todo porque era la primera vez que iban a subir al Pico de la Pila. Cuando no se conocen este tipo de subidas largas y duras todo se hace más difícil. Nos hacían varias preguntas, típicas cuando no sabes lo que te espera y estás algo nervioso o asustado: tiempo aproximado en subir, distancia, inclinación, dificultad del terreno, puntos más duros y un sin fin de cuestiones más.

Al pasar Fortuna advertimos a los comunitarios nuevos que pronto empezaría la subida, ya desde el Cortao de las Peñas comienza la primera subida del día. Es suave, pasando por Las Casicas y La Churleta, dejando La Garapacha y la sierra de la Pila a la izquierda. Desde allí afrontamos unas rampas duras pero cortas y volvemos a la carretera de la Garapacha para ir a Fuente Blanca. Giramos a la izquierda y nos metemos en pleno ascenso de Puerto Frío.

Seguimos subiendo, este puerto tiene unos dos kilómetros, así que ya empezábamos de buena mañana a acumular kilómetros de subida. Llegamos a la pista forestal de la sierra de la Pila y la tomamos, seguimos subiendo un kilómetro hasta empezar a llanear. La primera parada de la mañana la realizamos en la Fuente del Engarbo para beber agua, comer un poco y continuar hacia el cruce de la Bola.

Por Puerto Frío sucedió un episodio de la cruda realidad del ciclista de montaña que su autor quiso que contara en la crónica y así haré. Esto no se grabó, ni se fotografió, por lo que quedará en nuestro recuerdo por las palabras que el implicado nos brindó al respecto (no lo vimos ni escuchamos) y que trataré de plasmar aquí con la mayor exactitud posible: íbamos subiendo cada uno a nuestro ritmo como es lógico y es costumbre, el comunitario Óscar quedó atrás,no conocía la subida e iba reservando, el resto íbamos por delante a unos cuantos metros. De repente al comunitario le viene un gas importante, hace un movimiento en el sillín, sabedor de que iba el último, a mucha distancia del siguiente y se tira un pedo de los sonoros, de esos que generan los que toman geles y sustancias similares (según dicen, no los he probado). Justo al momento, cuando el eco todavía retumbaba en la cuneta de la carretera, le pasa un grupo ciclista desconocido por la izquierda y uno de sus miembros le dice «Ya te vale». Al comunitario, todo apurado, se le suben los colores y le pide perdón con un «Perdona tío, creía que iba solo». Esto no deja de ser la cruda realidad del ciclista de montaña y seguro que a muchos nos ha pasado alguna vez algo similar. Cuando nos lo contaba nos reímos de buen grado, tuvo que ser un momentazo para el grupo de ciclistas que «se lo tragaron de lleno».

Llegamos al cruce de la bola y emprendimos la primera prueba dura de la mañana, los dos kilómetros que restaban para la coronación del Pico de la Pila. Ya los he relatado en otras ocasiones, son bastante duros, sin apenas descanso, siempre subiendo, con tres zonas que tienen pendientes de hasta el 20%. Pasamos por los Pozos de la Nieve y seguimos subiendo, por allí nos encontramos con la primera de estas rampas duras, de unos 200 metros. Llegamos al cruce del Pico de la Pila, giramos a la izquierda y continuamos subiendo. Antes de llegar a la Bola nos encontramos con la última de estas rampas que incluso tiene algo de gravilla, lo que dificulta aún más la subida.

Coronamos todos la Bola de la Pila o el Pico de la Pila, de 1.262 metros de altitud. Lo cubría una fina capa de nubes, que le daba un aspecto sobrecogedor, como de alta montaña. Desde abajo, en un día de temperatura idónea para practicar el deporte, no se veía el Pico de la Pila, por estar cubierto de estas nubes. Desde arriba es un espectáculo precioso, digno de ser presenciado y con el orgullo de haber coronado el primer pico de la mañana, todavía más bonito.

Nos echamos la foto de grupo con la caña selfie todos los comunitarios, celebrando que ya teníamos uno de los cuatro objetivos de la Mortal 2.0 cumplidos. Ahora tocaba bajar y llanear, lo que nos daría unas horas de «descanso». Bajamos con precaución y un poco de frío, en la bajada nos encontramos con las comunitarias Lourdes y Estefanía que iban haciendo senderismo hacia la Bola.

Giramos a la izquierda al final de la bajada de la Bola y cogimos la pista forestal que nos llevaría hasta San Joy y, desde allí, hasta la carretera del Rellano. Giramos a la derecha y rodamos a buen ritmo, ahora por carretera, hasta la Estación de Blanca, en el cruce giramos a la derecha nuevamente y paramos en la gasolinera de la Hoya del Campo para repostar líquido y algo de comida. De momento íbamos bastante bien, una temperatura estupenda, a ritmo normal, sin pinchazos ni averías, todo excelente.

Allí se despidieron los comunitarios Guillermo y Emilio que decidieron dar por finalizada su participación en la Mortal 2.0. Ellos regresarían por el Puerto de la Losilla y la vía de servicio hasta Molina de Segura. El resto, con los bidones cargados de agua y comida suficiente reemprendimos la marcha, cruzando la Hoya del Campo, haciendo un poco de callejeo para sortear el mercado.

Salimos por la carretera dirección Abarán, siempre procurando no hacer muchas paradas dado que el día iba a ser largo. Por allí llevábamos unos 75km, aún restaban 130… mejor no pensarlo mucho… Bajamos a Abarán y cruzamos hacia Aguas Allá, giramos a la izquierda y cogimos la antigua carretera de Blanca. En los repechos algunos comunitarios iban quedándose rezagados, empezábamos a acumular cansancio.

Bajamos hasta Blanca y justo al salir tomamos la carretera de la derecha que nos llevaría a las dos rampas durísimas que van hacia la carretera de Ricote. Por allí el comunitario Óscar decidió dar por finalizada su participación en la Mortal 2.0. Acabó con más de 100km y más de 1.600 metros de desnivel acumulado ¡¡Bravo!! El resto, los más locos, continuamos a sabiendas de que nos esperaba ahora un larguísima subida hacia los Almeces, de más de 17 kilómetros.

Afrontamos estas rampas con el mejor de los talantes, luchando contra nosotros mismos. A diferencia de la Mortal 1.0, hoy la temperatura acompañaba y apenas hacía calor, incluso con viento fresco y esto ayuda muchísimo. Aún así hay que darle a los pedales y luchar contra la gravedad y contra nuestra mente, que siempre nos dice «¿Esto para qué?». Llegamos al cruce de Cañada Gil, una pedanía de Ricote. Giramos a la izquierda y continuamos subiendo. Esta subida, salvo las dos rampas iniciales, es llevadera, es tendida y no muy inclinada.

Llgamos al cruce de Los Almeces y cogimos la pista forestal para ir subiendo tranquilamente. Ahora por camino de tierra, siempre subiendo, suave pero casi sin descanso, se hace eterno, sobre todo cuando llevas 80km en las piernas y acumulas la subida a la Bola de la Pila. Todo empezaba a sumar, incluso llegó a hacer un poco de calor, pero muchísimo menos que en la mortal predecesora.

Ahora le tocaba el turno al comunitario Juan Caride, según la zona y el momento de la Mortal se iba quedando rezagado algún comunitario, cosa normal por otro lado. En la subida a Ricote esperamos al comunitario Juan que iba bastante bien pero reservando, por el mismo motivo que Óscar en la Pila, en este caso no conocía esta subida y cuando no se conoce mejor reservar. Llegó al cruce de las antenas, estiramos un rato los músculos pues empezábamos a tener molestias en gemelos, cuádriceps, espalda, cuello, manos, plantas de los pies, y vastos. Comimos un poco y a continuar.

Menos mal que llevábamos al comunitario Antonio Manuel, que fue nuestro proveedor de alimentos durante toda la ruta, llevaba de todo, a mí me dio tres plátanos, repartió también barritas. Era un supermercado rodante. Incluso aconsejó a algunos comunitarios sobre los alimentos a llevar y cuándo tomarlos. En mi caso no sigo estos consejos, aplico el sentido común y el conocimiento de mi cuerpo, no me gusta tomar geles ni sales, prefiero fruta y agua normal. Pero cada comunitario es libre de elegir su método de alimentación. Incluso acabé tomando varios Aquiarius en las paradas que fuimos haciendo.

Ahora tocaba coronar las Antenas de Ricote, Los Almeces, una subida de características similares a la de la Bola de la Pila, pero sin las rampas del 20%, más suave e incluso algo más corta. Fuimos subiendo al encuentro del resto de comunitarios, poco a poco. A la mitad el comunitario Juan se percató de que se había dejado la mochila abajo. No importaba mucho pues una vez arriba bajaríamos por el mismo sitio y podría recuperarla. Aún así estaba preocupado, llevaba las llaves del coche. Pero, como le dijimos, en plena montaña no suele haber ladrones.

Coronamos el segundo pico de la mañana, a las 14:49, muy contentos, sobre todo sabiendo que con este ya teníamos los dos más duros de los cuatro de la Mortal. Felices nos echamos la foto de grupo y sin demorarnos emprendimos el descenso, más llevadero que el de la sierra de la Pila con su peligrosa gravilla.

En cifras, antes de bajar por completo la sierra de Ricote, acumulábamos más de 3.000 metros de desnivel, casi 100km y unas 7 horas de ruta. En sensaciones de momento bastante bien, con algunas molestias musculares pero animados dado que sabíamos que ahora venían unos 10km de bajada, luego comida y algo de descanso y otros 30km de llaneo.

Recuperamos la mochila intacta del comunitario Juan y giramos a la izquierda para descender por el desprendimiento y darle la vuelta casi completa a la sierra de Ricote. Bajamos veloces pero con precaución, dado que es un camino con muchas piedras y el cansancio hace que perdamos algo de reflejos y maniobrabilidad. Una vez abajo cogimos la carretera y giramos a la izquierda. Desde allí fuimos al embalse del Mayés que cruzamos sin parar, pensando en comer cuanto antes.

Rodamos por carretera unos kilómetros hasta llegar a la gasolinera que hay antes de Ceutí, la que en la Mortal 1.0 nos salvara la vida cuando íbamos sin agua y con más de 40 grados de temperatura. Compramos agua, bebidas recuperadoras y algo para comer y nos fuimos al parque Miguel Induráin de Ceutí. Allí paramos a comer y descansar un poco, a la sombra de los pinos.

La comida para algunos comunitarios no fue muy suculenta. El comunitario Luis se trajo unos macarrones que se comió con un tenedor partido y los comunitarios Juan y Antonio Manuel unos sándwiches, el esto comimos a base de fritos de maíz y panizo. La verdad es que empezábamos a estar algo cansados de tomar barritas, plátanos y demás alimentos de ruta, pero en fin, es lo que tocaba.

Reemprendimos la mortal, al montarnos en las bicis notamos dolores en el culo y en las rodillas, menos mal que paramos poco tiempo. Rodamos al principio como si acabáramos de montarnos en la bici por primera vez en nuestras vidas, hasta que fuimos cogiendo la postura idónea y recalentando los músculos. Así fue como cruzamos los pueblos de Ceutí, Alguazas y Las Torres de Cotillas.

En esta zona dejamos al comunitario Juan Caride que nos guiara, dado que es autóctono de Alcantarilla y conoce bien la subida al Relojero desde allí, nuestro siguiente reto. Juan empezó a animarse, esta subida la conoce bien y eso casi siempre ayuda, esta vez no estoy seguro, tras 140km en las piernas. Él parece que se animó y nos llevó a la subida del Relojero por el Sequén. Paramos un poco a concienciarnos de que nos esperaban otros 8km de subida, relativamente suave. Digo «relativo» porque con el cansancio acumulado cualquier cuesta podría ser una agonía.

Empezamos a subir, cayéndonos algunas gotas finas de agua desde el cielo, pero casi imperceptibles. Tras afrontar la zona más dura de la subida del Relojero oigo un fuerte crujido en mi rueda trasera. Como ya los identifico bien sabía que había sido un radio partido de la rueda de mi bicicleta. No podía faltar en la Mortal 2.0 la rotura de uno de mis radios. Curiosamente llevábamos 150km y ni un episodio de la cruda realidad, en cuanto a averías, ni pinchazos ni nada, así que me tocó.

El comunitario Juan tomó mi móvil y me grabó quitando el radio partido, dado que el resto de comunitarios iban unos metros más arriba. Por supuesto, incluso a riesgo de quedarme sin batería, este momento había que grabarlo e inmortalizarlo. También vimos que la lluvia arreciaba, pero casi nada, unas gotas finas que no llegaban ni al seco suelo murciano.

Con un radio menos pero feliz de continuar vivo y animado, me encontraba bien físicamente, con molestias en los bastos y los gemelos, pero bastante bien. Acompañando al comunitario Juan que iba con molestias en la rodilla. Afrontando los últimos metros de la subida a las antenas del Relojero, unos 400 metros bastante exigentes que ahora sí se «pegaban bien al lomo».

Llegamos y coronamos el tercer pico del día, las antenas del Relojero. Hasta allí llegamos los comunitarios Alonsojpd, Paquito206, Luis, Antonio Manuel, Juan Caride y Quique. Con casi 4.000 metros de desnivel acumulado, 160km y 12 horas montados en la bici ¡¡Ahí es nada!! Por un lado estábamos muy contentos y felices, casi eufóricos (Paquito Eufórico), por el otro aún nos pesaba el pensar que nos quedaban más de 50km para volver y subir a las antenas del embalse.

No nos demoramos mucho, despedimos al comunitario Quique que decidió regresar sin coronar las últimas antenas dado que tenía cuestiones familiares que atender. El resto, los cinco locos, emprendimos el descenso del Relojero por Los Serranos hasta llegar al puerto del Garruchal. Giramos a la derecha, ya de noche, para ir recorriendo pueblos hasta llegar al Coto Cuadros.

Pasamos por los pueblos de Los Garres, Beniaján, Puente Tocinos, Llano de Brujas, Monteagudo, Las Lumbreras, El Esparragal, Laderas del Campillo y nos adentramos en el Coto Cuadros por el túnel de la ametralladora. Rodamos unos kilómetros por su parte baja y salimos a la carretera para cruzar por el embalse de Santomera. Allí nos esperaba el último pico del día, el más fácil, el más corto, el más suave y, aún así, el más duro por el cansancio acumulado.

El comunitario Juan iba ya con la picadura del pollo encima, por aquella zona le picó bien, quejándose a cada bache. Pero le echó valor y coronó como el resto. En noche cerrada, nos hicimos la foto grupal para el recuerdo. Incluso cansados ya de fotos y de antenas y de coronaciones y de bici pero felices, estábamos a las puertas de hacer algo épico. Bajamos sin más con unas ganas impresionantes de llegar a nuestras casas.

Todavía quedaba algo de subida, cogimos la carretera de Santomera a Fortuna y afrontamos, con las últimas fuerzas, los repechos que nos encontramos. Cogimos el camino de las Perdices y los Conejos y continuamos subiendo, acumulando algún metro más, por si acaso nos faltaban en el día de hoy.

Y, por fin, llegamos a la Alcayna, ahora sí, solo nos quedaba rodar, dejarnos caer, apretar los dientes en el último repecho y, con 15 horas y 35 minutos, 215 kilómetros y 4.900 metros de desnivel acumulado subiendo, llegamos a Molina de Segura sanos y salvos, aunque más bien salvos.

La ruta más dura jamás realizada por la Comunidad, superando incluso a la ruta de coronación del Veleta. Hemos pasado momentos duros y momentos estupendos, nos hemos cabreado y hemos disfrutado, hemos sido infelices y felices, hemos tenido pesimismo y optimismo, depresión y euforia (Paquito), tristeza y alegría. Y es que 15 horas dan para mucho, pero lo mejor, lo más grande, los comunitarios que nos han acompañado y han finalizado ¡¡Bravo campeones!! y los que nos han acompañado y no han podido finalizar, también tiene su mérito, le han echado valor. Para todos los demás, os damos las gracias por el apoyo pero de apoyo no vive la Comunidad, así que a la próxima valor y a rodar. Si lo hemos hecho nosotros, lo puede hacer cualquiera.

De vuestro comunitario presidente Alonso.

  • Fotos de la Mortal 2.0: