Hola amigos de Comunidad Biker, mañana de domingo día 19 de marzo de 2017, madrugamos para acercarnos a la localidad de Caudete (Albacete, España), para participar en la Marcha BTT Inmortal de Caudete, una maratón de 65 km. Nos acompañaron los comunitarios Alonsojpd, Paquito206, Alino, María y Guillermo de Ciclopasión. Y, por supuesto, nuestro querido comunitario Kronxito que vino en calidad de reportero oficial.

Preparativos habituales de marcha MTB: madrugón, estudiar la vestimenta apropiada al clima de la zona, desayuno, aparatos electrónicos (grabación de vídeos, fotos y GPS), cargar las bicis en los coches, viaje hacia Caudete, descargar las bicis, revisar presiones, engrases y cosas de última hora… y vimos que se nos hacía tarde, llegamos muy justos para la recogida de dorsales. Con las bicis fuimos a toda pastilla hacia la zona de recogida y firma. Vimos que estaban cerrando, afortunadamente nos dejaron coger el dorsal y firmar la salida. Pusimos los dorsales en las bicis con sus bridas correspondientes (que amablemente nos dejaron desde la organización) y nos fuimos hacia la línea de salida, donde estaban los comunitarios María y Alino esperándonos.

Comentarios previos, nervios típicos, foto tradicional con la caña selfie y arrancamos una mañana más. Al principio hacía fresco pero estaba claro que pronto haría calor. Salí con chaqueta comunitaria y una camiseta térmica, al igual que la comunitaria María. Ambos correríamos luego la misma suerte: gotas de sudor como puños.

Los primeros dos kilómetros fuimos saliendo del pueblo de Caudete, con una leve y casi inapreciable pendiente de subida, pronto se convirtió en un «falso llano«, una subida suave por carretera. Entramos en camino y seguimos con esta leve pendiente. Pero al fondo, a nuestra izquierda, acechaban majestuosos los molinos, nos daban la misma impresión que a Don Quijote los los molinos de la Mancha. Debajo de ellos, como hormigas, se empezaba a formar una serpiente multicolor.

Entramos en la primera rampa dura. En la marcha, como es habitual, salimos de los últimos, así que ahora tocaba ir escalando alguna posición, adelantando a participantes, cogiendo ritmo con el comunitario Alino y la comunitaria María. Nos cayeron unas cuantas gotas de sudor, que nos resbalaban desde la cabeza, previamente frenadas por el casco hasta superar la capacidad de absorción. Una vez superada recorrían la frente, volvían a pararse temporalmente en las cejas y de ahí eran conducidas hacia las gafas de sol. De las gafas de sol caían al suelo, al cuadro de la bici o a la lente de la GoPro.

Un pequeño descanso de unos metros y nueva rampa dura, con pendientes de más del 18%. Seguíamos a buen ritmo, superando a muchos participantes. Había numeroso público que nos iba animando en cada repecho. Esto siempre es de agradecer, aunque nos decían «Vamos que ya no queda nada» (bufff, si ellos supieran lo que quedaba aún…).

Desde el kilómetro 3 hasta el 12 aproximadamente estuvimos subiendo, con un pequeño descanso por la mitad, con una bajada corta, y luego subir y subir. Con tres rampas inclinadas de más del 18%, el resto era «llevadero». Tal vez porque estamos acostumbrados en la Comunidad o porque iba mentalizado, el caso es que se me hizo corta la subida, cuando vi que empezábamos a bajar pensé «Tampoco es para tanto». Esta subida de los molinos tiene fama de dura, y ciertamente lo es, pero si la marcha hubiera sido de 40 km no resulta una subida excesivamente dura, pero las sorpresas vendrían más adelante.

Tocaba bajar, ahora venía bien la chaqueta comunitaria, dado que hacía aún un poco de fresco, a unos 1.100 metros de altitud. Con el sudor y el viento se incrementaba la sensación de frío. Hicimos la bajada por pista forestal, primero hormigonada y luego camino de tierra. Bajamos a toda velocidad, con un poco de precaución por la gravilla, un mínimo fallo (sea mecánico o humano) y la caída sería monumental, a 50 km/h., así que como no nos jugábamos nada mejor hacerla «tranquilos», asegurando, ya habría tiempo de apretar las piernas.

Por sorpresa nos encontramos un riachuelo que cruzaba el camino, como íbamos a mucha velocidad no pudimos parar, así que el agua nos salpicó por todos lados. Seguimos llaneando y bajando un poco, volviendo a cruzar el riachuelo en varias ocasiones, calándonos las zapatillas y el culo. El agua fresquita nos venía bien, para tonificar los músculos.

Seguimos llaneando a mucha velocidad, los envoltorios de geles y barritas tirados por el suelo brillaban al darles el sol de frente, había muchos (una auténica pena). El comunitario @alino propuso parar a recogerlos, pero la marcha de hoy era muy larga, si parábamos no llegaríamos ni para la merienda. Así que no nos quedó otra que resignarnos viendo cómo siguen habiendo marranos empeñados en pensar que el monte, la ciudad, la carretera, el camino o las sendas son un vertedero.

Hicimos unos 23 km desde que empezamos a bajar en el kilómetro 12 hasta el primer repecho en el kilómetro 35. La verdad es que psicológicmente parecía que ya estábamos acabando, llevábamos muchos kilómetros llaneando y con una leve bajada, a mucha velocidad. Fuimos sumando kilómetros y pensando «esto ya está» ¡Ilusos!

Volvimos al pueblo de Caudete y, como recordatorio de que la marcha no había acabado, empezamos a pasar por un pequeño sube y baja, unos toboganes, con alguna cuestecilla sorpresa de unos 50 metros, donde nos saludó un amigo comunitario joven. Desde aquí le devuelvo el saludo.

Entramos en una zona de rambla seca, rodando por su lecho, con un poco de gravilla, encontrándonos con algún repecho pequeño, bajadas y subidas. Esta sería la tónica del resto de la marcha maratón.

A partir de aquí entramos en una zona donde íbamos alternando entre camino de tierra y senderos, con partes muy bonitas y divertidas, zigzagueantes, entre pinos y vegetación propia de la zona. Como se puede ver en el perfil de la marcha, un continuo sube y baja. Sin parar hasta el final, durante unos 30 km que se hicieron eternos.

Pasamos por la zona de avituallamiento y paramos a reponer agua y comernos un plátano. Seguíamos subiendo por camino y justo al pasar el avituallamiento la comunitaria María notó que su rueda trasera perdía aire, un pinchazo, la cruda realidad del ciclista de montaña. Paramos a repararlo, usando un espray especial para arreglar pinchazos sin tener que cambiar la cámara, que además infla la rueda. Vimos que funcionaba y continuamos la marcha.

Una vez arriba de esta dura subida al sol y con 40 km en las piernas, tocaba bajar por sendero, muy divertido. Nueva subida y bajada hacia los túneles que pasamos por debajo de la carretera. Por aquí había barro y agua, que nos vino muy bien dado que el sol era implacable.

Nos adentramos de lleno en el Paraje de la Toconera, sin dejar los sube y baja. Una estupenda senda con algunos tramos técnicos tanto de bajada como de subida, pero muy cortos. A la sombra de los pinos, con los senderos húmedos allá donde hubiera sombra, tras las últimas lluvias. Subida con tierra suelta, bajada y pasamos a una zona más seca, pero igual de divertida.

Nos encontramos con uno de los tramos más técnicos de bajada de la marcha BTT Inmortal de Caudete, donde había un compañero atendido por los servicios sanitarios, que había sufrido una caída. Tuvimos que hacer ese tramo a pie dado que estaban atendiendo a este compañero. Continuamos bajando y pasando a otra zona de bosque, sin abandonar los sube y baja.

El comunitario @kronxito estaba tendido en el suelo en posición de fotógrafo profesional. Justo antes de este punto la comunitaria María sufrió una pequeña caída, sin consecuencias graves, solo algún golpe y rasguño en las piernas. Tras esta parte volvimos a subir, primero por pista y luego por senda. Otra vez bajada, viendo el pueblo de Caudete de fondo, pensando que ya estábamos llegando y eso parecía, prácticamente a menos de 5 km de meta.

Una sorpresa más, nueva subida, otro repecho donde muchos participantes se bajaron de la bici. Íbamos exaustos y al límite de nuestras fuerzas, así que cualquier pequeña rampa se convertía en un suplicio. Y desde abajo ver a los corredores arriba y pensar que nosotros también teníamos que subir ahí nos desanimaba. La hice montado, aprentando los dientes y tirando de reservas, sacando fuerzas de donde no las había. Conseguí coronar por fin y pude aprovechar la bajada para respirar y «descansar» un poco.

Ahora sí, tocamos asfalto y llegamos al pueblo, entrando en el polideportivo y acabando esta dura maratón. Con unos 65 km, realizados en unas 4 horas y 17 minutos, con unos 1.400 metros de desnivel acumulado subiendo. Una marcha maratón que no fue tan dura como la de los Calares del Río Mundo en Riópar, pero que se hizo eterna por ese sube y baja en su parte final.

Dejamos las bicicletas en el guardabicis y entramos al catering, a comer unos ricos macarrones. De sorpresa escuchamos el nombre de nuestra querida comunitaria María, subcampeona de su categoría. Hablamos con muchos de nuestros amigos comunitarios, como nuestros amigos de Ciclos Conde de Cehegín y otros muchos amigos seguidores.

Disfrutamos de la comida y nos fuimos a grabar las impresiones de la marcha. Cayéndonos un sol de justicia, cada comunitario expuso sus impresiones ante la cámara. Nos despedimos, cargamos las bicis y viaje de vuelta a la sede en Molina de Segura.

Una estupenda mañana de deporte, diversión y convivencia comunitaria, con un poco de sufrimiento y recordando que si esta marcha se nos «pegó al lomo», la del próximo sábado en Tabernas, con 140 km y 4.000 metros de desnivel, esa sí que se nos pegará bien… pero esta es otra historia que está por realizar y escribir.

De vuestro comunitario presidente Alonso.

  • Fotos comunitarias de la marcha BTT Inmortal de Caudete:

  • Fotos de la marcha BTT Inmortal de Caudete Parte 1:

  • Fotos de la marcha BTT Inmortal de Caudete Parte 2: