Hola amigos de Comunidad Biker, por fin llegó la fecha, una de las pruebas que más me gustan de las que hemos estado haciendo, no solo por la prueba en si que es estupenda sino por lo que conlleva. Se trata de una prueba de dos etapas y por lo tanto se necesita de dos días para hacerse, por lo que hay que estar el fin de semana entero de bici y de convivencia, acompañados de los comunitarios y de nuestros grandes amigos de Ciclos Conde.

En enero, cuando se confirmó la fecha de este evento, empezamos a cuadrar calendarios, nuestro amigo David comenzó a buscar alojamiento, esta vez en la parte baja del pueblo, en las casas rurales El Roble, para que no nos pasara lo del año anterior, que después de acabar las etapas tocaba subir exhaustos a casa. Así que en esta ocasión, y con la previsión de que nos juntaríamos un buen grupo, cogió un par de casas para esa fecha y a partir de aquí ya vamos directos a los días de copa.

 

Viernes 26, preparación y viaje a Alcalá del Júcar

Llegó el día de partir hacia Alcalá del Júcar, tras la organización del viaje en los meses, semanas y días anteriores, por nuestra parte finalmente asistiríamos a tal evento los comunitarios Juanfran, Anto, Antonio Cartucho, un servidor y finalmente y casi de imprevisto Monty y nuestro Kronxito, que fue en modo vacaciones y reportero.

Decidimos salir viernes tarde para juntarnos con los amigos Ciclos Conde en el camino y así llegar juntos. Por un lado en mi furgoneta íbamos Kronxito, Antonio Cartucho y yo y en otro coche Juanfran, Anto y Monty, que saldrían un poco más tarde. Sobre las 18:04 salimos Kronxito y yo desde Molina de Segura hacia mi casa de Rambla Salada, donde había quedado con Antonio para cargar las bicis y las maletas y comenzar el viaje. La siguiente parada fue en Fortuna, para tomar algo en el Pacha y  saludar a nuestro comunitario Félix, que estaba trabajando esa tarde. Hicimos tiempo hasta ponernos de nuevo en carretera y juntarnos en plena autovía con nuestros amigos de Ciclos Conde.

Llegamos a Alcalá del Júcar y nos dirigimos hacia las casas, tras buscar aparcamiento comenzamos a descargar maletas y bicis. Repartimos las habitaciones en las dos casas rurales. En una de ellas estaban los Conde: David, Francis, Ángel, Jero, Moya y «El Cebolla» Juan García Cuadrado,  con 100 ansas a cada lado, en la otra estaríamos nosotros, aunque luego tocaría hacer unos traslados para dormir.

Se acercaba la hora de la cena y, como es típico, nos tocaba cena de «pros». Entre Antonio Cartucho, Kronxito y yo comenzamos con los preparativos de los típicos macarrones pre-marcha. El resto de comunitarios optaron por cenar en el camino, al salir algo más tarde.

Tras la cena hicimos un poco de charla con los compañeros y los vecinos. Cuando llegaron todos nos organizamos para dormir, en nuestra casa sólo teníamos 4 camas y un sofá, tras varias deliberaciones optamos por que Kronxito durmiera en el sofá de la casa de los Conde, quedándonos el resto en la otra casa y compartiendo cama Anto con Juanfran y Cartucho conmigo, relegando a Monty a dormir en el sofá.

Con los repartos hechos sólo nos quedaba ajustar el horario de salida del sábado, para desplazarnos hasta Fuentealbilla, donde comenzaría la primera etapa. Nos despedimos y cada mochuelo a su olivo.

 

Sábado 27, primera etapa de Fuentealbilla a Alcalá de Júcar

Suenan los despertadores y comenzamos a levantarnos, nos vamos poniendo a desayunar y a preparar las últimas cosillas (aunque a mí se me olvidó la GoPro), mientras vamos sacando las bicis para meterlas en el coche y en cuanto las tuviésemos todas partir hacia Fuentealbilla. Arrancamos los coches y llegamos a nuestro destino, tras aparcar nos dirigimos raudos y veloces a recoger los dorsales, vamos saludando y charlando con más amigos que  ya estaban por allí.

Con los dorsales en la mano toca volver al coche a bajar las bicis, haciendo los últimos ajustes. Miro mi bici y veo que llevaba la cadena descolgada, a lo que supuse que de los movimientos del coche se había salido, pero cual fue mi sorpresa al ver que lo que estaba tocado era el desviador, que se había quedado fijo. La cara se me descompuso, ya estaba viendo que antes de empezar todo se iba al traste. Menos mal que David y Francis vieron como casi me da un desmayo y se pusieron manos a la obra, para arreglar el problema, desarmaron el desviador, lo engrasaron y en pocos minutos ya estaba listo para poder rodar ese día. Les estaré agradecido eternamente, me salvaron la vida. Esto no pasaba con mi Megamo Natural :wacko: . Después del susto nos dirigimos a la línea de salida y nos colocamos por las últimas posiciones.

En esta ocasión Juanfran y yo nos apuntamos en la modalidad por parejas, por lo que tendríamos que ir todo el camino prácticamente juntos, no podríamos pasar a más de un minuto el uno del otro por los puntos de control.

Suena el disparo de salida y unos 450 ciclistas salimos desde las calles de Fuentealbilla, adentrándonos en una pista donde a los pocos kilómetros pasamos por un pequeño lago muy bonito. Pusimos un buen ritmo rodador y sobre el kilómetro 5 comienza la primera subida, que nos dejaría en la parte superior de lo que era un circuito de motocross. Tomamos una senda que nos deja en medio del circuito y continuamos bajando para dirigirnos nuevamente a Fuentealbilla, donde volvemos a recibir los ánimos de la gente del pueblo que como siempre se vuelcan en este evento.

Salimos por un camino atravesando la vuelta al pueblo que habíamos dado y así tomamos otro camino descendente que nos llevaría al pueblo de Abengibre, donde nos volvemos a sentir arropados por los ánimos de los lugareños y de los voluntarios que regulaban el tráfico en el paso por carretera. Llevábamos un buen ritmo, tanto Juanfran como yo, los ánimos a tope y las risas no faltaban. Pasado Abengibre nos encontramos con unos pequeños sube y baja, hasta llegar a Jorquera, allá por el kilómetro 30, donde, tras haber bajado un sendero bastante inclinado y cruzar el río sobre el puente, nos metían una rampa bastante empinada que nos alejaba del frescor del río y se introducía de lleno en el monte seco, entre sendas y caminos, para dejarnos nuevamente en el río, en La Recueja. Pasamos por el punto de control y nos detuvimos en el avituallamiento para reponer líquidos y algo de alimento. Comimos un poco de sandía, que es lo que mejor me sienta en estas pruebas, por su alto contenido en azúcares y agua.

Tras el descansillo continuamos la marcha y aquí viene una de las zonas más duras, pero a la vez más bonitas de esta etapa. Una rampa de pendientes impronunciables, que hacían las delicias de los escaladores, aunque en su tramo final tuve que poner el pie debido a la acumulación de piedras y algún que otro ciclista haciendo tapón. Superada la rampa espero a Juanfran arriba y continuamos, pero a partir de aquí comenzarían los problemas, tras una serie de senderos y caminos entre árboles, contemplando desde la altura el maravilloso paisaje que nos brindaban estos parajes e ir sobre las paredes del río

Iniciamos un descenso técnico y entretenido y volvimos a otro rampón del 15, se interponía en nuestro camino, rampón que hubiese sido una cuesta más de no ser por los problemas mecánicos que se agravaron en la bici de Juanfran. Anteriormente sufría en ocasiones con la transmisión de su bici al no cambiar bien el desviador del plato, pero en esta rampa vino el BOOM, al comenzar la subida oigo, justo detrás de mí, a Juanfran despotricando, los fallos eran cada vez peores,  al parecer intentando cambiar de plato la cadena se le salió dando una pedalada en falso, con el consiguiente golpe en la rodilla contra la maneta del desviador.

Subimos la rampa finalmente, yo  montado y el pobre Juanfran cabreado y empujando la bici. Una vez arriba coloca bien la cadena y proseguimos, ahora nos dirigimos hacia Las Casas del Cerro y desde allí por lo alto de la cumbre vamos a trancas y barrancas, debido a los problemas mecánicos de Juanfran, en dirección a La Gila, bordeando una preciosa zona de bosque de pinos, donde tomamos una espectacular senda de bajada para llegar a una pista paralela al río, justo en frente de las casas de Tolosa.

Empezábamos a tener el final cerca, con las últimas fuerzas del día nos dirigimos raudos y veloces hacia Alcalá del Júcar, donde cruzamos la línea de meta en un tiempo de 4 horas y 25 minutos, quedando en la posición 16 de la clasificación por parejas masculina en esta primera etapa.

Terminada la etapa como siempre nos dimos un abrazo entre Juanfran y yo, por haber conseguido terminar medianamente bien. Acto seguido fuimos a buscar un refrigerio como sino hubiese un mañana. Vamos saludando a los compañeros y amigos que ya habían terminado y esperando al resto de compañeros que aún estaban por llegar, al igual que Kronxito que también estaba en sus labores de reportero.

Una vez todos reunidos y refrigerados tocaba volver a casa a darnos una ducha y organizar la comida y la tarde. Nos fuimos yendo poco a poco hacia la casa,  que esta vez la teníamos abajo del pueblo (menos mal, porque menudo suplicio el año anterior con tanta cuesta). Nuestros amigos Condes, que ya estaban casi todos listos, se dirigieron a comer antes que nosotros.

A los comunitarios siempre se nos va el tiempo, a veces no sabemos en qué, así que, entre pitos y flautas, se nos hizo un poco tarde y en el bar donde estaban comiendo los Condes me comunicaba David que habían cerrado la cocina. Ahora tocaba buscar una alternativa, aunque la cosa pintaba mal, era ya bastante tarde como para que las cocinas de los restaurantes estuviesen abiertas. Tras un par de intentos fallidos encontramos una hamburguesería donde pudimos saciar nuestro apetito y sed y, por supuesto, tener las magníficas charlas y risas propias de terminar la etapa y compartir las experiencias vividas.

Volvemos a la casa a relajarnos y a ir preparando y poniendo a punto las bicis para el siguiente día. Kronxito, mientras tanto, acercó a Fuentealbilla a los conductores a recoger los vehículos que habíamos dejado allí por la mañana.

Con casi todo hecho, nos dimos un merecido baño en la piscina de las casas rurales. Había que cenar, y nuestros amigos Condes tenían ya todo listo para hacerse su cena de «pros». Sin embargo, por nuestra parte la idea era hacer una barbacoa, pero el tiempo y la preparación se nos echaba de nuevo encima, así que decidimos optar por la opción fácil, el restaurante. Dimos un paseo hasta el centro del pueblo y nos sentamos en la terraza de un restaurante, donde cenamos y charlamos, reíamos y preparábamos la etapa del día siguiente.

Tras la cena volvimos a la casa, tomamos un poco el fresco de Alcalá del Júcar y a dormir y descansar para la segunda etapa.

 

Domingo 28, segunda etapa Alcalá del Júcar a Valdeganga

Amanece un  nuevo día y con él nuevas ilusiones y una bonita etapa de MTB por delante. Nos levantamos sobre las 7:31 de la mañana a desayunar y prepararnos. Antes de salir hacia el pueblo dimos un nuevo repaso a las bicis: presiones en los neumáticos, ruedas, tornillos apretados y en mi caso otra vez el cambio bloqueado, aunque esta vez lo reparé rápido y sin ayuda.

Con las mochilas al hombro nos dirigimos a la zona de dorsales, donde firmamos y depositamos nuestras mochilas para que las llevaran a Valdeganga, final de la segunda etapa. Nos hacemos unas fotos y nos dirigimos a calentar un poco y a colocarnos en la zona de salida. Hoy la GoPro no se me había olvidado, así que de esta segunda etapa tendremos algunas imágenes.

Suena el disparo de salida y cerca de 500 ciclistas tomábamos esta vez la salida en Alcalá del Júcar. Nos dirigimos hacia la carretera que va a Las Casas del Cerro, un puerto de carretera para empezar poniendo las piernas en su sitio. Empiezo bastante fuerte, con la intención de darme un homenaje subiendo, veo que Juanfran me sigue, así que decido no llegar hasta arriba y esperar un poco a Juanfran para que no se desfogase. Subimos a un buen ritmo hasta las Casas del Cerro, donde tomamos el sendero de las «Zetas», dado que era al principio de la etapa tocaba tapón, por lo que íbamos bajando tranquila y pausadamente y aprovechando para hacernos fotos y saludarnos con los que iban o bien por encima o por debajo.

Descendimos las «Zetas» y llegamos al pueblo y con ello una de las partes más bonitas y duras de esta etapa: la subida al castillo. Desde la parte de abajo del pueblo de Alcalá había que subir hasta su parte más alta, unas rampas de escándalo, entre callejones estrechos y revirados y con una subida de escaleras justo al principio, te dejaban listo de papeles, pero toda esta dureza pasa a un segundo plano cuando ves como en todo el trayecto, en medio del pueblo, desde abajo del todo hasta arriba, el público se agolpa dando ánimos a cada uno de los corredores, esos ánimos que son como un empujón hacia arriba, allí también estaba Kronxito para inmortalizar la cara de sufrimiento del personal.

Ahora tocaba el sendero que va desde el castillo hacia el pueblecito de Las Eras, donde además de una senda preciosa con un final sobre mojado y resbaladizo, podemos disfrutar de unas vistas del río increíbles. Llegados a Las Eras paramos en el avituallamiento a tomar un poco de agua y algún trozo de sandía.

Empezamos a llanear por la parte superior del barranco  que alberga al río, en una zona árida y pedregosa. Intenté tirar de Juanfran pero cuando me doy cuenta sólo me seguían otros corredores, el pobre Juanfran había comenzado su calvario con el cambio, no le entraba el plato grande y estaba un poco ofuscado. Aflojo el ritmo hasta que consigue arreglar el entuerto y podemos ponernos a rodar a buen ritmo, ahora tocaba un sendero de bajada muy chulo, con tierra suelta y piedras y una inclinación considerable. Vamos bajando por la pared del barranco en dirección al río, donde recorremos la orilla por una pista bastante rápida, disfrutando de unas vistas espectaculares, a la izquierda un río precioso y a la derecha unas paredes de piedra y cortados espectaculares, propios de las películas del oeste.

Pasamos por La Recueja, otro pequeño pueblo donde la gente seguía dando ánimos a todos los participantes. Seguimos circulando con nuestras bicicletas de montaña por la orilla del río, por esta sinuosa pista, hasta llegar al pueblo de Jorquera, no sin antes afrontar una rampa bastante empinada en un sendero estrecho y muy bonito. Cruzamos el pueblo y nos dejamos caer por otra rampa de características similares hacia la orilla del río nuevamente, habiendo cambiado de orilla, ahora el recorrido discurría por caminos más estrechos y senderos con una abundante vegetación que decoraba nuestro camino de una forma espectacular.

En el ecuador de la etapa dejamos el río y comenzamos una subida sinuosa de hormigón, nos dejaba en la parte superior de la pared del barranco que alberga al río. Pasamos a una zona árida con piedra y una rampa importante con su posterior bajada hacia el camino paralelo al canal de María Cristina, que básicamente es un pequeño barranco que desemboca de nuevo en el río. Continuamos rodando por esta zona y a los pocos kilómetros paramos a grabar una pequeña cascada, digna de ser vista y contemplada.

Avanzamos en el transcurso de la segunda etapa, mi Juanfran y yo, bordeando el cauce fluvial, hasta que nos vamos alejando hacia tierras más áridas, subiendo una dura pendiente, donde por desgracia Juanfran volvió a sufrir con su cambio, otra vez se le sale la cadena dando otra pedalada en falso y caída estrepitosa contra el suelo. Se da un golpe en la rodilla que lo deja mermado físicamente. En fin, es la cruda realidad del ciclista de montaña, había que seguir y terminar de subir la cuesta.

En la zona árida vamos alternando caminos y sendas y alguna parte de arboleda, en un continuo rompepiernas, donde Juanfran cada vez iba peor. La pierna le dolía e incluso me decía que tirara yo solo, que el no podía tirar. Lo animaba e incluso le apretaba, pero en ningún momento lo iba a abandonar, dijimos de hacer la prueba juntos y así la acabaríamos.

Llegamos a la zona de Valdeganga donde estaba puesto el tramo cronometrado, aunque en esta ocasión no podía apretarme, a pesar de ser una zona espectacular, de las que a nosotros nos gustan, pero Juanfran no iba para muchos trotes. Unos metros más adelante veo un objetivo asomar entre los árboles, era la gran Raquel Yeste, a la que paré a saludar y estuve unos minutos charlando con ella. Por problemas físicos no pudo participar y optó por hacerse fotógrafa ese día.

Continuando y buscando ya el final de la prueba, en una de las subidas veo a unos voluntarios de cruz roja, me acerco a ellos y les pregunto si tenían algo para los dolores, entre bromas y risas le pusieron a Juanfran un spray para mitigar el dolor y así poder terminar un poco mejor la etapa. Me decía que le dolía menos pero que ahora le quemaba, le decía que esa era la idea, que si quemaba era porque estaba curando :yahoo: , así que seguimos riéndonos, cada vez quedaba menos para el final y a pesar de los contratiempos podríamos acabar la Copa.

Llegamos a Valdeganga afrontando la cuesta de la bola, la cual parecía que fuese un infierno, pero visto lo visto y sin querer menospreciar la subida, no había ni punto de comparación con nuestra cuesta de la bola de la Pila.

Por fin llegamos a meta cruzando en un tiempo de 4 horas y 42 minutos, dejándonos en la posición 18 de la clasificación por parejas, un tiempo que teniendo en cuenta lo sucedido no estaba mal, de hecho ya contábamos con no ganar nada :wacko: , pero lo que disfrutamos eso solo lo sabemos Juanfran y yo. Nos colocan la medalla de finisher y nos dirigimos a dejar las bicis en el camión que las llevaría a Alcalá.

Fuimos a buscar nuestras mochilas y de ahí a las duchas, nos quitamos el polvo y barro acumulado en el día y vamos a la zona del refrigerio donde estaban el resto de compañeros y donde llegarían los que faltaban. Tras las típicas charlas e intercambio de impresiones decidimos ir en busca de un bar para comer, conseguimos encontrar una terraza donde saciar nuestro apetito, mientras seguíamos charlando con nuestros amigos Condes y compartiendo anécdotas. Por otro lado aún faltaban por incorporarse Monty y Anto, que tras acabar se quedaron en la zona de premios, pues nuestra Monty se clasificó segunda de su categoría en la copa. Luego vino más contenta que un ratón sin rabo con su trofeo y sus medallas.

Tocaba volver a Alcalá y para ello, a pesar de tener la furgoneta, decidimos irnos en el autobús,  a excepción de Kronxito, Anto y Monty, los demás nos fuimos en el autobús que nos dejaría de nuevo en Alcalá.

Recogimos nuestras bicis y fuimos hacia la casa, iba siendo hora de pensar en volver a nuestros hogares. Recogimos las maletas, la casa y cargamos todo en los coches, ajustamos las cuentas y así pusimos fin a nuestra cita en La Copa BTT de Albacete, donde como predijimos lo pasamos en grande, disfrutando de una prueba fantástica a la cual volveremos en la próxima edición sino pasa nada y ¡Cómo no! disfrutando aún más de la excelente compañía de nuestros amigos y compañeros.

Y esto es todo amigos, sólo queda decir que volveremos, esta prueba nunca defrauda y encima cuando vamos acompañados de excelentes personas aún se disfruta mucho más.

Atentamente de vuestro comunitario Paquito206.

  • Fotos de la marcha Copa BTT desafío Albacete: