Hola comunitarios y seguidores de la Comunidad, el pasado domingo 7/05/2017 tuve el placer de participar en la 3ª Marcha solidaria de La Paca, organizada por No caminaréis solos y el pueblo de La Paca, marcha benéfica contra el cáncer infantil.

Allí se congregó una buena representación comunitaria formada por el presi Alonso, Patricia Carmona, Jose Matías, Chules, Alejandro, Rosa, Yolanda, Óscar, Pedro, Verónica, Eduardo, Eusebio, Alfonso, Pedro, Antonio Antasis, Lino y el que suscribe.

El día empezó a las 06:20 momento en que me desperté por la inercia de mis horarios habituales, puesto que el despertador no sonó, y llevaba ya 20 minutos de retraso… Por suerte había dejado casi todo listo la noche anterior, a falta de meterlo en el coche y de colgar la bici, puesto que en principio se venía mi amigo Edu, que iba a realizar su segunda intentona en una marcha (tras Albatera) e íbamos a utilizar su coche, pero en el último momento imprevistos laborales le impidieron asistir, por lo que cargué mi coche y salí para la Paca.

Puede que por las prisas, o el sueño, o probablemente una combinación de ambas, a la altura de Totana, en un badén que hay en la autovía, el coche dio un bote y la bici se descolgó del portabicis, lo que me obligó a realizar una parada de emergencia. Por suerte solo se descolgó de una de las barras, quedando colgada de la otra y por unos centímetros no llegó a tocar el suelo, de este modo los únicos daños que se produjeron fueron la rotura de un par de «bridas» de las que sujetan el cable del freno al cuadro y el capuchón del cable del bloqueo de la horquilla que «¿ande andará?»: un par de bridas y un par de vueltas de cinta aislante de mi kit de emergencias y bici lista para rodar.

Llegué a la Paca, tuve la sensación de que todo el mundo al que veía era comunitario. Lo cierto es que estábamos por todas partes. Recogí mi dorsal y el de Edu, por si finalmente cambiaba de opinión. Lo cierto es que a pesar de que en Albatera había insistido mucho en que no lo esperase (y así lo hice) el hecho de que después se retirase me supo mal, por lo que había prometido que pasase lo que pasase no me iba a despegar de él, y que iba a acabar su primera marcha, pero finalmente no pudo venir.

Dado el nuevo paradigma, y con el mal sabor de boca que traía de Tabernas, decidí que no era día de conservar y, para bien o para mal, quería intentar ir fuerte (luego lo pagué).

Esperamos un poco en la salida, antes del BTT salían el senderismo y el trail, el sol ya empezaba a picar y no somos muy buenos amigos por lo que me situé bajo la carpa que haría las veces de comedor hasta el último momento, nos avisan de que vamos a salir y nos agrupamos en la salida.

Ahí empieza a verse el nerviosismo previo a la carrera, preguntas del tipo ¿paramos en el avituallamiento? ¿Vamos juntos o por libre? me hacen recordar hace apenas un año, cuando yo estaba exactamente igual de nervioso en la Sabina Albar, parece que queda muy lejos, pero fue hace nada…

Dan la salida, neutralizada y en diferido… me explico, neutralizada puesto que atraviesa el pueblo y se sale tras dos motos, pero van a toda leche, por lo que su presencia es anecdótica, y en diferido puesto que por algún motivo que a mí se me escapó, pero seguro que tuvo su lógica, las motos cortaron la carrera al salir del pueblo durante un par de minutos, para relanzarla carrera posteriormente.

Miro a izquierda y derecha y tengo al lado a Patri Carmona, por un momento me planteo pegarme a su rueda, de otras salidas sé que es una gran liebre, tiene un buen ritmo, muy constante y además, con ella no te aburres :yes: , pero cuando el grupo se empieza a estirar la voy dejando atrás, y ya no la vería más hasta la línea de meta.

Llegamos a la primera bajada «seria» del día, perfectamente señalizada con su cartelito de «BAJADA PELIGROSA», no me reservé nada, bajé como un animal y, me pasé de listo, en la parte de abajo dos chicos de la organización me hacían señales y me gritaron ¡derecha derecha derecha!, lo comprendí enseguida, nada más terminar la rampa se cogía una senda a mano derecha, muy cerrada, subiendo, había que cambiar muchos piñones y el plato, y yo iba pasao hasta decir basta… en fin.

Empecé a subir un camino metido entre varios grupos, pronto fui consciente de que ese no era mi lugar natural, soy demasiado lento para estar ahí, si sigo a su ritmo peto fijo y, en consecuencia poco a poco me van dejando atrás. Nos metemos en una senda bastante técnica esquivando árboles subiendo, me lo pasé como un enano, me encantó, además de bonita era divertida y precisamente porque la senda es técnica y no se puede ir demasiado rápido no parezco tan malo en medio del grupo.

Llevaba unos 6 km cuando el comunitario Chules me alcanzó, lo cual me vino genial, puesto que el acelerón del principio ya me estaba pasando factura y no me apetecía seguir rodando solo, y junto a él, haciéndonos la goma, llegamos al avituallamiento.

Tome un vaso de agua y 1/2 plátano, y empezamos a subir durante unos 5 km, era más o menos constante, aunque con algún repechito potente, no se llevaba mal excepto por el calor. Ahí empezó a quedar claro el punto fuerte de cada uno, Chules tiraba mejor que yo en las subidas, y poquito a poquito (suave suavecito… ejem) iba metiéndome metros que yo recuperaba llaneando y bajando. He de confesar que en uno de los repechos, cambié mal y tuve que echar pie a suelo, no me bajé, pero sí que tuve que estirar un poco las piernas.

Alcanzamos la cima, yo iba en ese momento distraído con una barrita energética que no sé si por calor o por su propia composición se había convertido en toffe. Una nueva señal de «bajada peligrosa» y me dije… ¡ésta es la mía» y me volví a tirar como un animal, adelanté a un chico que me dijo: ¡tas loco!. Veamos, iba rápido (Strava lo confirmó) pero tenía la sensación de que lo tenía «controlado» es decir, era una pista forestal y la bici iba estupenda, cierto es que me pasé de frenada un par de veces, pero parecía que la bici iba exactamente a donde yo quería, a diferencia que en Albatera que sufrí en cada curva. Llegamos al siguiente repecho y Chules me volvió a alcanzar preguntándome: Tío ¿no te da miedo lanzarte así?. Os juro que a mí no me pareció para tanto, pero supongo que desde fuera se ve de otro modo.

Nos unimos a otro ciclista y comenzamos un llaneo largo y rápido, por un camino que bordeaba un prado lleno de amapolas, la verdad es que en ese momento estaba en la gloria, puesto que la bajada me había dejado algo tocado el cuello y los antebrazos, y ahora podía rodar relajándome.

Yo rodaba a unos 50 metros de Chules cuando llegamos de nuevo al avituallamiento, pero él siguió de largo y yo paré, perdí un par de minutillos rellenando el botellín y salí a intentar alcanzarlo, pero ya no lo volví a ver hasta que quedaban apenas 3 km, en una senda muy retorcida, algo técnica que iba paralela a una tubería, donde volví a ir a unos 50 metros de su bici, pero ya no lo alcancé.

En la meta nos encontramos y comentamos la jugada, habían sido 43 km con casi 1000 metros de desnivel positivo que concluí en 2 horas y 55´, un  paisaje digno de foto al que tendré que volver pero sin cronómetro.

Nos cambiamos y fuimos a por empanada y cerveza y vimos llegar a Patri, le conté lo mal que lo había hecho, quemándome al principio y sufriendo después a lo que Patri respondió: Hay que dosificarse!!! (Qué razón tiene la joía)

En conclusión: Una gran marcha, por una buena causa, bien organizada, bonito paisaje, un sol radiante, sin caídas, sin averías y en buena compañía. ¿Qué más se puede pedir?

De vuestro comunitario Gsu.

  • Fotos de la marcha BTT de La Paca:

P.D: Os adjunto un video que he localizado en youtube, no es un «clip» original de la Comunidad Biker, pero van a rueda de un comunitario gran parte del vídeo, por lo que sirve para hacerse una idea, ¿no? Saludos: